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Columna de Opinión

Economía Social y Sistema Nacional de Cuidados

Eric Leyton Inostroza, Administrador Público USACH y Máster en Estudios del Desarrollo Internacional Universidad Grenoble Alpes, Francia.

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  • Diario Usach

  • Martes 15 de marzo de 2022 - 12:54

Uno de los proyectos más ambiciosos del nuevo gobierno de Gabriel Boric es impulsar un Sistema Nacional de Cuidados que permita “avanzar en la corresponsabilidad estatal y liberar la carga que recae mayormente en las mujeres, poniendo foco en la niñez, adolescencia, personas con discapacidad y personas mayores”.

Por ello, que en el marco del trabajo de la Red para el Fomento de Incubadoras de Cooperativas Inclusivas (REFICOOP) impulsada por el Centro Internacional de Economía Social y Cooperativa (CIESCOOP USACH) y el Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS) se encuentra organizando junto a la Organización Internacional del Trabajo que lidera el Programa Más Inclusión en Chile, un Webinar que permita visibilizar experiencias internacionales en materias de Cooperativas Sociales de Cuidados.

Uno de los principales impulsores en estas materias es Italia, quién a través de su Ley 381 de 1991 impulsa las Cooperativas Sociales Sociosanitarias y Educativas. Estas Cooperativas Sociales, denominadas del Tipo A, prestan servicios tales como: Asistencia domiciliaria a adultos mayores, personas con discapacidad, niños y niñas, gestión de jardines infantiles, personas que padecen de algún tipo de drogadicción, junto a privadas y privados de libertad, centros de actividades culturales, cursos de idioma y de educación, seminarios y encuentros, entre otros.

Este tipo de Cooperativas Sociales tiene beneficios tributarios, previsionales, además de apoyo desde los gobiernos regionales, nacional y el Fondo Social Europeo. La composición societaria de un consorcio cooperativo, debe garantizar que al menos un 70% esté constituido por la Cooperativa Social.  (Cotroneid en Montes y Novarese, 1995).

En América Latina ya existen bastantes experiencias interesantes que se están desarrollando en distintos lugares del continente, donde quisiera destacar dos: Argentina y México. Precisamente en Argentina, vale mencionar el caso de Communitas Salud, que es una empresa de la economía social y solidaria conformada hace casi una década en la ciudad de Rosario, abocada a dar respuestas a problemáticas vinculadas con el sufrimiento subjetivo (http://www.cooperativacommunitas.com/).

Así también, el proyecto “Trelew, ciudad de cuidados” desarrollado por parte del equipo de la Universidad del Chubut, la Universidad Nacional de Tres de Febrero y la Municipalidad de Trelew en Argentina, generando una Red Local de Cooperativas de Cuidados que promovieran el desarrollo económico local.

Allí se creó “una mesa intersectorial sobre cuidados integrada de forma intersectorial por municipalidades, a través de las áreas de Educación, Salud, Economía Social; el Concejo Deliberante, con la representación de las mayorías y minorías parlamentarias; y una representación del Registro de Cuidadores, Cuidadoras y Cooperativas de Trabajo”. Además, dotando con herramientas tributarias a nivel local vinculada al financiamiento de los cuidados, contando con una contribución solidaria y voluntaria que los vecinos podrán realizar para ayudar con el cuidado de personas que no pueden pagar por estos servicios.

Por su parte, el Instituto Nacional de la Economía Social de México tiene una “Estrategia de Cuidados de la Economía Social”, asociado directamente a la inclusión económica de hombres y mujeres, pero principalmente centrado en cerrar brechas de género que afectan predominantemente a mujeres en una lógica de conciliación trabajo-familia.

En el caso mexicano, el valor del trabajo no remunerado doméstico y de cuidados equivale a cerca del 23% del PIB de ese país, donde el 74% que se destina a cuidados y labores domésticas es realizado por mujeres (INEGI, 2019).

En Chile, según estimaciones del Banco Central, la participación del trabajo doméstico no remunerado (TDNR) representó un 25,6% del PIB ampliado el año 2020, marcado por la pandemia, aumentando su participación en 4,8 puntos porcentuales respecto de 2015 (Banco Central Chile, 2020)

La Economía de los Cuidados, según la CEPAL, es una de las fuentes que podría permitir dinamizar la economía en nuestra región, si se quiere efectivamente reconocer como derecho un trabajo que históricamente han tenido que desarrollar mayoritariamente mujeres y que no ha sido remunerado, principalmente centrado en niñas, niños, jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad.

Por ello resulta fundamental el compromiso intersectorial desde el nuevo Gobierno de Chile que permita articular esfuerzos para que las labores de cuidado puedan transformarse en un ejercicio que efectivamente pueda promover iniciativas de base que realizan las labores de cuidados, para lo cual las Empresas Sociales pueden ser transformarse en un eje fundamental para el desarrollo de estos servicios sociales.