Columna de Opinión

Las leonas del Departamento de Publicidad e Imagen lograron un segundo lugar en la Copa Interfacultades Usach, mientras que en la categoría masculina se obtuvo una cuarta posición.

Pero, más allá de dichas satisfacciones, como académicos universitarios no solo debemos formar profesionales de alto nivel, sino también promover personas con hábitos de vida saludables, capacidades socioemocionales desarrolladas y habilidades para el trabajo en equipo, el liderazgo y la resiliencia lo que, por supuesto, tendrá un efecto positivo en la futura labor profesional.

Nuestra experiencia acumulada da cuenta que la actividad física regular está asociada a una mejor salud mental, mejor rendimiento académico, al fortalecimiento de las habilidades blandas y estimula la motivación por aprender y descubrir, especialmente cuando este tipo de iniciativas surgen desde los y las estudiantes, lo que refuerza el compromiso con el ser universitario.

Asimismo, está comprobado que el ejercicio físico contribuye significativamente a la reducción del estrés, la ansiedad y la depresión, condiciones que afectan a una proporción importante de las comunidades universitarias pero, también contribuye a fortalecer el sentido de pertenencia, la identidad individual y grupal, la autoestima y la integración social, todos elementos esenciales para el éxito académico, profesional y personal.

Así, una universidad que forma personas y comprometida con su desarrollo integral debe concebir de manera organizada, planificada y sostenida la práctica deportiva en sus más variadas manifestaciones, como parte de su estrategia educativa para fortalecer la salud, la convivencia y la formación de personas críticas, activas y socialmente comprometidas.