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Año bisiesto: ¿Cuál es su origen, qué tiene que ver la astronomía y por qué los economistas celebran su existencia?

El día extra en febrero sirve para compensar el calendario y la duración real de la órbita terrestre alrededor del sol. Sin embargo, también trae beneficios millonarios en la actividad económica.

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  • Diario Usach

  • Jueves 29 de febrero de 2024 - 08:13

El mercado anticipa que febrero, por tener un día hábil más en este año bisiesto, podría ser un mes de recuperación frente al nulo crecimiento registrado por la economía chilena en 2023.

Según consigna hoy El Mercurio, las expectativas del mercado apuntan a un crecimiento de hasta 1,5% en el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) del mes que concluye este jueves, cifra que se conocerá recién en abril próximo.

El optimismo para febrero se basa, en parte, a que este año es bisiesto. Al tener un día hábil adicional respecto de las tres temporadas anteriores, tendría un impacto favorable en los sectores productivos y de servicios.

Además, este 29 de febrero cae día hábil (jueves), lo que eleva aún más las perspectivas de incidencia.

El economista jefe de Bci, Sergio Lehman, asegura que el impacto positivo de este día adicional sería de entre 0,2% y 0,4% para el mes.

En términos absolutos, el impacto en el Producto Interno Bruto (PIB) anual oscilaría entre los US$50 millones y US$100 millones adicionales, según el economista jefe de Bice Inversiones, Marco Correa.

Cabe señalar que la existencia y necesidad de los años bisiestos se explican a través de la astronomía, ya que estos constituyen un método esencial para compensar las discrepancias temporales que ocurren debido a la duración real de la órbita terrestre alrededor del sol.

Concretamente, la Tierra tarda 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,10 segundos en dar una vuelta alrededor de la estrella, lo que crea un desfase de un cuarto de día cada año debido al uso del mencionado calendario gregoriano, que cuenta con 365 días exactos.

Sin embargo, con el paso del tiempo, se seguiría presentando un desajuste. Consecuentemente, y para corregir esta desviación y asegurar que las festividades y estaciones estuvieran sincronizadas con sus correspondientes períodos astronómicos, se introdujo el concepto del año bisiesto. Al añadir un día extra, el 29 de febrero cada cuatro años, se compensa el desfase.

No obstante, la regla del año bisiesto tiene excepciones para conseguir una mayor precisión. Aunque generalmente se agrega un día extra cada cuatro años, hay una norma que excluye a ciertos años centenarios: un año debe ser múltiplo de 100 y divisible entre 400 para ser considerado bisiesto. Es por ello que el año 2000 fue bisiesto, pero el año 1900 no lo fue, a pesar de ser divisible entre 4.

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