Con el objetivo de conocer las experiencias cotidianas de las mujeres en materia de consumo e identificar posibles situaciones de discriminación, el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) elaboró el cuarto “Informe Mujer y Consumo”. Este informe nace tras una encuesta realizada por el Servicio, donde participaron más de mil mujeres de todo el país.
Al revisar los resultados, se pudo identificar que un 55,5% de las encuestadas señala haberse sentido discriminada alguna vez por ser mujer al comprar un bien o contratar un servicio.
Si bien es un número que supera a la mitad de las encuestadas, representa una disminución en comparación con años anteriores. En específico, tres puntos porcentuales menos que en 2024 y cerca de 16 comparado con 2023.
Pese a esta realidad, solo un 28% declaró haber realizado algún tipo de acción frente a la situación de discriminación. La mayoría apuntó a la creencia de que “no valdría la pena o no obtendría solución” (49,5%), seguido de que hacerlo sería “demasiado complicado o burocrático” (26,4). Mientras que un 22,2% declaró no saber cómo reclamar o desconocer el procedimiento.
Entre quienes sí actuaron, la mayoría (48,8%) optó por reclamar directamente a la empresa involucrada. En segundo lugar (28,7%) recurrió al SERNAC y por último, un 11% utilizó redes sociales para visibilizar el problema.
Esto refuerza la necesidad de promover canales accesibles, comprensibles y confiables para enfrentar prácticas discriminatorias, así como fortalecer la información, orientación y protección especializada en los derechos de las consumidoras.
Además de haber sido discriminadas por ser mujeres, las encuestadas también señalaron razones por las que han sentido un trato discriminatorio en contextos de consumo. En este sentido, la razón más mencionada fue la apariencia física (40,9%), seguida por la edad (39,7%) y falta de recursos económicos (21,8%). Estos resultados reflejan la presencia de dinámicas de interseccionalidad, donde distintas condiciones sociales, como la edad, situación económica o atributos físicos, se entrecruzan, generando experiencias de discriminación más complejas y profundas para las consumidoras.
Respecto a las situaciones donde las mujeres encuestadas han percibido discriminación hacia ellas, no sería algo puntual, sino que se manifiesta en diversas formas y contextos, afectando desde la disponibilidad de productos hasta el acceso a servicios financieros. Las situaciones más mencionadas corresponden a:
- Atención diferenciada al comprar o contratar un servicio al suponer que no saben o no manejan la información (54,7%), lo que sugiere una percepción de trato desigual directamente en la interacción con vendedores o proveedores.
- Problemas con las tallas de ropa (53,2%), donde se evidencia una falta de oferta adecuada y estereotipos sobre los cuerpos femeninos.
- Pagos más altos por productos dirigidos a mujeres (45,8%), fenómeno conocido como pink tax o impuesto rosa, que da cuenta de una discriminación estructural basada en la segmentación de mercado por género.
En cuanto a los mercados donde más se han sentido discriminadas como mujer, las personas encuestadas señalan que es principalmente en “Grandes tiendas y cadenas de retail” (43,9%), seguido de “Servicios de salud” como isapres y centros médicos (37,4%); y “Servicios financieros” como bancos (35%).
El informe Mujer y Consumo 2025 también abarca otros aspectos, tales como la percepción sobre las necesidades de las mujeres en los mercados y la representación de la mujer en la publicidad, para conocer estos y otros temas, se puede hacer directamente en el sitio web.
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