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La historia del dinero en Chile va de la mano con la historia del país: sus transformaciones políticas, sociales y económicas se reflejan en cada billete y moneda que ha circulado por nuestras manos.

Desde los reales coloniales hasta el reciente anuncio del Banco Central de una nueva moneda conmemorativa de 100 pesos, el trayecto de la moneda nacional da cuenta de siglos de evolución y símbolos de identidad.

Durante la época colonial, los habitantes de Chile utilizaban monedas acuñadas en España o en los virreinatos americanos como el de Lima o el de Potosí. Estas monedas eran principalmente de plata y oro, y su unidad básica era el real. No fue sino hasta después de la independencia que Chile comenzó a acuñar sus propias monedas en la Casa de Moneda de Santiago, con el escudo nacional como símbolo soberano.

“Era un sistema que estaba basado de a ocho. Es decir, tú tenías monedas de un cuarto de real, medio real, un real, dos reales, cuatro reales y después ocho reales. Una moneda de ocho reales equivalía a un peso, y ocho pesos equivalían a un escudo, que era una moneda de oro. Y la moneda más grande que circulaba era la moneda de ocho escudos, que también se le llamaba onza, porque pesaba 30 gramos de oro”, cuenta a Diario Usach el historiador Cristóbal García-Huidobro, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago de Chile.

Tras la Independencia, en 1848, el gobierno del presidente Manuel Bulnes adoptó el sistema métrico decimal, por lo que se pasó a tener centavos y cien centavos era un peso.

En 1925, el presidente Arturo Alessandri Palma firmó el decreto que creó el Banco Central de Chile, institución autónoma que desde entonces ha sido responsable de emitir billetes y monedas. Con su creación también se consolidó una política monetaria moderna, con diseños que comenzaron a incorporar retratos de figuras históricas, paisajes nacionales y símbolos patrios.

“Los primeros billetes emitidos por el Estado surgen en la década de 1880, porque antes solamente había billetes de bancos particulares y monedas. Las emisiones fiscales tenían a distintos personajes, estaba Federico Errázuriz Zañartu, después estuvo Manuel Blanco Encalada, Ramón Freire, en el billete de 20 pesos estuvo Joaquín Prieto y después se saltaba el billete de mil pesos que era Diego Portales”, sostuvo el académico.

Un hito importante se registró en 1959 cuando cambia el patrón monetario de peso a escudo, debido a la depreciación que sufrió la moneda por los altos índices de inflación en esos años.

Posteriormente, el 30 de junio de 1975, se estableció una reforma que cambió la unidad monetaria del escudo al peso mediante el Decreto Ley 1.123. La necesidad de reemplazar el escudo por una nueva unidad monetaria se debió principalmente para facilitar las operaciones comerciales y reducir el gasto de operación del sistema de pagos.

Con la vuelta del peso, los billetes se rediseñan y poco a poco comienzan a entrar las denominaciones que hoy conocemos. Los diseños antiguos conectaban su anverso y reverso con hechos históricos y sus personajes respectivos. Por ejemplo, al héroe de la batalla de la Concepción Ignacio Carrera Pinto y el monumento a los héroes de dicha ofensiva en el billete de $1000, Andrés Bello, redactor del Código Civil y primer rector de la Universidad de Chile que aparecen en el billete de $20.000.

“Lo notable es que en 1981 sale el billete de 5.000 pesos con Gabriela Mistral, y es la primera mujer que aparece en un billete. Además, es la primera mujer que no se había destacado en el ámbito de la política o del Ejército, sino que era una persona que había ganado un premio Nobel en temas de literatura”, comenta Cristóbal García-Huidobro.

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