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¿Usted toma leche? Si es así, o si su respuesta es negativa, le queremos contar que, por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), este 1 de junio se conmemora el Día Mundial de este producto con el propósito de promover los beneficios para la salud que se obtienen gracias a su consumo.

Ante esto, y debido a la gran cantidad de alimentos que se promocionan como leches alternativas, como las denominadas vegetales, surge la pregunta ¿esas bebidas tienen propiedades similares a las que son de origen animal?

“En lo que respecta a las ‘leches vegetales’, el primer error es llamarlas ‘leches’ ya que de acuerdo con el Reglamento Sanitario de los Alimentos de Chile (Decreto 977/96), solamente puede denominarse de esa manera al producto de secreción mamaria normal obtenida mediante ordeño de animales sanos, sin adición ni extracción alguna”, explica a Diario Usach Daniela González, nutricionista y académica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago. 

La especialista indica que “los productos obtenidos de la soya, almendra o avena deben denominarse bebidas vegetales” y explica que “no deben considerarse alimentos malos, ya que ofrecen beneficios nutricionales, funcionales y ambientales. Son una opción saludable y sostenible, especialmente cuando están adecuadamente fortificadas y se consumen como parte de una dieta equilibrada”.

A su vez, González acota que esas opciones se han popularizado gracias a la preocupación del bienestar animal e indica que “en general, tienen un perfil nutricional favorable al presentar compuestos bioactivo, como antioxidantes, y un menor impacto ambiental que el producto lácteo proveniente de vaca”.

Queda claro lo respectivo a los productos animales. Pero ¿qué pasa con la leche materna? La respuesta viene por parte de María José Tapia, matrona y académica de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Santiago. La especialista manifiesta que “desde la Organización Panamericana de la Salud” (OPS) y la Unicef nos incitan a que, como profesionales de la salud, establezcamos una primera instancia de lactancia materna durante la primera hora de vida de los recién nacidos. De hecho, se dice que entre más temprano se establece ese contacto, serán mayores los beneficios”.

La profesional apunta que el calostro (la leche inicial de las madres) entrega anticuerpos “fortaleciendo el sistema inmune contra las infecciones. Además, fortalece el vínculo de las mamás con sus hijos”. 

CINCO RAZONES PARA TOMAR LECHE

En el marco del Día Mundial de la Leche, la nutricionista Daniela González, da a conocer cinco razones para que este producto sea incluido en nuestra alimentación diaria:

1. La leche contiene proteínas de alto valor biológico, como la caseína y la lactoalbúmina, esenciales para el crecimiento, mantenimiento muscular y funciones enzimáticas y hormonales.

2. El calcio de la leche es altamente absorbible y está acompañado de otros nutrientes, como la vitamina D y la lactosa que mejoran su absorción. Esto favorece la salud de los huesos y previene enfermedades como la osteoporosis.

3. Hay bastante evidencia que relaciona un consumo adecuado de lácteos con un menor riesgo de obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.

4. Durante el embarazo, lactancia, niñez y adolescencia, la leche proporciona energía, proteínas y micronutrientes esenciales que apoyan el desarrollo físico y neurológico de los recién nacidos, niñas, niños y jóvenes.

5. La leche es un alimento inocuo, regulado estrictamente por la normativa sanitaria chilena, y se puede enriquecer con elementos funcionales como omega-3, hierro o probióticos, aumentando aún más su valor nutricional.