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Con el objetivo de determinar el porcentaje de hogares y, consecuentemente, el número de personas que logran satisfacer sus necesidades básicas, un grupo de académicos del Centro de Estudios para la Industrialización de la Universidad de Santiago empleó la última Encuesta CASEN (periodo 2021-2022).

Dicha encuesta fue ajustada considerando una inflación del 11.5%, correspondiente a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) entre noviembre de 2022 y mayo de 2025. Este ajuste se aplica a cada decil de ingreso descrito en la encuesta para el año 2022. Los resultados obtenidos se representan y contrastan con el Sueldo Vital Crítico (SVC) de mayo de 2025 (línea roja discontinua) en el Gráfico 3.1.

La distribución de los ingresos por deciles evidencia una marcada desigualdad en la capacidad de satisfacer el umbral de necesidades básicas:

• Los deciles de ingresos más bajos (I-V) registran valores significativamente inferiores al SVC, lo que evidencia una situación de extrema vulnerabilidad económica. En particular, el decil I, que presenta un ingreso de $284.319.
• Los deciles medios (VI-VII) se aproximan marginalmente al SVC. El decil VIII, con un ingreso promedio de $1.705.327, excede de manera escasa el SVC. Esto permite inferir que aproximadamente la mitad de los hogares pertenecientes al decil VIII no lograrían cubrir las necesidades básicas estimadas.
• Los deciles de ingresos más altos (IX y X) concentran la mayor parte del ingreso nacional. El decil IX registra un ingreso de $2.254.057, mientras que el decil X asciende a $4.642.190.
• Considerando que la media de integrantes por hogar utilizada por el MDSF es de 4.43 personas, el SVC —calculado para un hogar de 4 personas— para un hogar de 4.43 personas ascendería a $1.745.852 líquidos mensuales. Esta proyección implicaría que aproximadamente más del 80% de la población carecería de un nivel de ingresos suficiente para alcanzar una calidad de vida mínimamente satisfactoria.
• En relación con los cálculos efectuados por el MDSF para la estimación de la Canasta Básica Familiar y el ingreso total del hogar, es pertinente señalar que nuestra canasta de consumo básico para cada miembro del hogar —considerando la media de 4,43 personas por hogar según el MDSF— asciende a $104.873 mensuales. Este monto no representa un gasto extraordinario en alimentación mensual por persona, dado que los $69.159 estimados por el MDSF resultan manifiestamente insuficientes. Asimismo, la diferencia en términos de consumo mensual no es sustancial, puesto que nuestra canasta incrementa el gasto diario por persona en tan solo $1.152. Por otra parte, para el cálculo del ingreso total, el MDSF emplea el coeficiente de Orshansky (2,68 veces la canasta básica), lo que implica que el gasto en alimentación representa el 37,3% del gasto total. En contraste, en nuestro cálculo, el consumo en alimentación representa el 29,5%. Ello indica que tampoco se trata de un cambio de gran magnitud, especialmente si se tiene en cuenta que destinar el 30% del ingreso familiar al consumo constituye una hipótesis realista, particularmente cuando el coeficiente de Orshansky se deriva de la realidad norteamericana, caracterizada por un ingreso per cápita superior.

El análisis del gráfico revela que únicamente cerca del 20% de la población supera el Sueldo Vital Crítico (SVC), concentrándose este segmento predominantemente en los deciles IX y X. En contraste, aproximadamente el 80% de los hogares chilenos presenta ingresos insuficientes para cubrir las necesidades básicas estimadas por el indicador SVC.

Adicionalmente, se observa una subestimación en los ingresos promedio del decil más rico reportados por la Encuesta CASEN de noviembre de 2022.

“Esto se debe a la tendencia de subdeclaración o falta de reporte de ingresos por parte de segmentos de alta acumulación de capital, un fenómeno que evoca paralelismos con las estructuras de poder concentrado y la exclusión de información característica de sistemas socioeconómicos históricos con élites autosuficientes y parcialmente aisladas. La omisión de datos por parte de estos grupos —quienes ejercen un control considerable sobre recursos significativos y operan con mecanismos de opacidad, análogos a la autonomía y el poder de los “señores feudales” en épocas pasadas— resulta en una subvaloración del ingreso promedio real del decil más rico, que previsiblemente excede los $4.642.190 reportados por la CASEN”, sostuvo Marcel Claude, académico del Departamento de Tecnologías Industriales de la Usach.

Con el propósito de cuantificar la potencial renta derivada de la acumulación de capital de estos individuos de alta capacidad económica, el estudio realizó una estimación aproximada. Esta estimación presenta la limitación de considerar como ingreso la reproducción del patrimonio de los nueve hogares más ricos, es decir, su rentabilidad anual. Sin embargo, consideraron que la estimación de los ingresos monetarios promedio por deciles que presenta la encuesta CASEN oculta significativamente una realidad alarmante, lo que convierte las cifras entregadas por el MDSF en una información abiertamente distorsionada que no refleja la cruda realidad que vive el país.

Este cálculo se fundamenta en el patrimonio de los nueve hogares chilenos con mayor riqueza, según las clasificaciones de Forbes y el Bloomberg Billionaires Index (abril de 2024). Dicho patrimonio, estimado en 46.400 millones de dólares, al ser invertido a una tasa de rentabilidad promedio anual del 26% —proyectada a partir de los rendimientos históricos más bajos de sectores clave como la minería, la pesca, la acuicultura, la forestales y la banca, donde estos grupos concentran sus inversiones—, generaría un nivel de acumulación mensual de 12.064 millones de dólares. Expresado en pesos chilenos (con una cotización de 952 $/USD), esto asciende a $957,459,360,000. 

“Por lo tanto, se puede inferir que la propuesta de un Sueldo Vital Crítico (SVC) de aproximadamente 1,5 millones de pesos mensuales para cubrir las necesidades básicas de un hogar promedio no constituye un ingreso exagerado que exceda las capacidades económicas nacionales. En este escenario de marcada desigualdad, resultaría pertinente que las instituciones oficiales, como el MDSF, proporcionaran información más consistente sobre la distribución de la renta que refleje de manera más fidedigna la desigualdad real del país. Dicha información no debería limitarse a encuestas cuyos resultados no logran capturar la cruda realidad social nacional”, indicó Marcel Claude.

Objetivos del indicador SVC:

• Definición del Umbral: El SVC define un ingreso mínimo que una persona o familia requiere para una subsistencia básica.
• Identificación de Insuficiencia: Quienes se encuentran bajo ese umbral son consideradas personas insuficientemente satisfechas, ya que sus ingresos no cubren sus necesidades mínimas.
• Importancia Estratégica: El fin último es conocer y reflejar la actual realidad socioeconómica para disminuir los sesgos de información y, a partir de ello, generar propuestas concretas para mejorar la política social y la toma de decisiones en temas de desigualdad.
• El SVC se presenta como una "invitación a mirar el país con otros ojos" y el "primer paso de un movimiento" para lograr un país justo. El mensaje concluye con la tesis irrefutable: "No hay desarrollo sin dignidad, ni país justo si vivir bien sigue siendo un privilegio."