La comuna de Ñuñoa implementó una nueva ordenanza que sanciona conductas como botar colillas, no recoger los desechos de mascotas y orinar en la vía pública. La iniciativa busca promover el respeto y la limpieza en los espacios urbanos.
La ordenanza fue aprobada en la sesión N°26 del Concejo Municipal de Ñuñoa, con ocho votos a favor y tres abstenciones. Esta medida surge tras años de quejas de los residentes por calles sucias y conductas que deterioran los espacios públicos, buscando establecer reglas claras para la vida en comunidad.
La normativa establece multas de hasta 5 UTM, equivalentes a aproximadamente $346.000, para quienes cometan conductas indebidas en la vía pública.
Entre las principales faltas se incluyen botar colillas de cigarro, tirar chicles o basura en las calles, y no recoger los desechos de mascotas. También se sanciona a quienes orinen en espacios públicos, y la reincidencia contempla un aumento progresivo en las multas. La medida busca crear un estándar de comportamiento y proteger la limpieza y seguridad de las calles.
Según datos del Ministerio del Medio Ambiente, en la Región Metropolitana, cada habitante produce en promedio 1,13 kg de basura al día. Considerando que la población de Ñuñoa es de 241.467 personas, esto se traduce en aproximadamente 313.907 kg diarios, es decir, unas 314 toneladas de basura cada día.
Proyectando estos datos a un año, la comuna produce cerca de 114.441 toneladas de residuos anualmente, lo que evidencia la magnitud del desafío en términos de manejo y disposición de desechos.
Además, solo una fracción de estos residuos es reciclada efectivamente, lo que refuerza la necesidad de políticas públicas y normativas locales que fomenten hábitos responsables entre los vecinos.
Con esta perspectiva, la nueva regulación no solo busca sancionar conductas incívicas, sino también generar conciencia sobre la importancia del cuidado del entorno y la limpieza de los espacios urbanos.
OPINIONES DE AUTORIDADES Y VECINOS
El alcalde de la comuna, Sebastián Sichel, explicó que la normativa no busca perseguir a los vecinos, sino generar conciencia de que la vía pública es un espacio de todos.
“Cuando un vecino ve una calle sucia o un espacio mal cuidado, siente que la autoridad está ausente. Con esta ordenanza reafirmamos que estamos presentes y comprometidos con el cuidado de nuestra comuna”, señaló el edil.
Entre quienes se abstuvieron está la concejala Mireya del Río (PC), quien señaló estar de acuerdo con la ordenanza, pero opinó que se debió haber iniciado una campaña previa para informar a la ciudadanía y preparar la comuna con más basureros.
“Me habría gustado que fuera en un tiempito más”, agregó. Por su parte, las concejalas Alejandra Valle (PC) y Verónica Chávez (FA) destacaron que apoyan el fondo de la medida, pero cuestionan su viabilidad práctica.
“No porque estoy en contra de la ordenanza, sino más bien porque veo que es un poco inviable de llevar a la práctica”, dijo Valle.
Los vecinos han recibido la noticia con opiniones mixtas. Mientras muchos celebran la medida como un paso necesario para mantener limpias las calles y parques, algunos señalan la importancia de complementar las multas con campañas de educación y concientización sobre el cuidado del entorno.
¿QUÉ PASA CON LAS OTRAS COMUNAS?
En 2025, varias comunas de la Región Metropolitana han implementado medidas para sancionar conductas que afectan la limpieza urbana. Por ejemplo, en Providencia, las multas por arrojar basura o no recoger desechos de mascotas alcanzan cifras cercanas a las aplicadas en Ñuñoa.
En Recoleta, se han adoptado políticas similares, con sanciones también en rangos comparables. Macul, por su parte, ha aprobado medidas para sancionar actos de incivilidad, aunque los detalles específicos de las multas no están claramente definidos en la normativa disponible.
Estas medidas reflejan un esfuerzo conjunto de las autoridades locales por promover la limpieza y el orden público. Sin embargo, en comparación con Ñuñoa, las sanciones en estas comunas son menos específicas y no siempre contemplan una progresividad en caso de reincidencia. La implementación de multas más altas y progresivas en Ñuñoa establece un precedente que podría ser considerado por otras municipalidades en el futuro.
El procedimiento incluye además mecanismos claros para su fiscalización, tales como equipos municipales podrán supervisar las calles y espacios públicos, aplicando las multas correspondientes según la gravedad de la infracción y la reincidencia del infractor.
Esta regulación se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio de la municipalidad por mantener la limpieza y el orden en la comuna, complementando otros programas de gestión de residuos y reciclaje existentes, y asegurando que la normativa sea aplicable de manera uniforme en todos los barrios de Ñuñoa.
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