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Palacio Cousiño: Un tesoro histórico que mantiene vivo el pasado del centro de Santiago

Recorrer sus salones permite apreciar el lujo de la élite santiaguina del siglo XIX y la influencia de Isidora Goyenechea en su construcción y conservación.

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  • Fabián Escobar

  • Miércoles 29 de octubre de 2025 - 13:42

Recorrer los salones del Palacio Cousiño, en pleno corazón de Santiago, es sumergirse en más de un siglo de historia urbana, lujo y tradición. Los terrenos donde hoy se levanta esta joya arquitectónica fueron adquiridos por Luis Cousiño, quien, junto con otras familias, se encargó de lotear el sector a mediados del siglo XIX.

El palacio fue inaugurado el 18 de septiembre de 1882 por Isidora Goyenechea Gallo, viuda de Cousiño, quien tuvo un rol decisivo en la construcción y mantención del inmueble, asegurando que cada detalle reflejara un equilibrio entre lujo, funcionalidad y refinamiento.

Diseñado por el arquitecto francés Paul Lathoud, el Palacio Cousiño combina un estilo neoclásico con influencias renacentistas y alberga tres edificaciones: dos menores para los empleados y un edificio principal de dos pisos y 27 habitaciones, que incluyen el salón de música, salones de té, de baile, de juegos y de armas, además de la pinacoteca y dos comedores.

En el segundo piso se situaban los dormitorios y las áreas familiares. La decoración mezcla elementos franceses, italianos y detalles moriscos, mientras que los muros y cielos exhiben óleos de importantes artistas, principalmente franceses, complementados por la riqueza de los mármoles.

El Palacio Cousiño no es solo un ejemplo de excelencia arquitectónica; es también una huella tangible de la minería chilena. La fortuna de los Cousiño, dueños de minas de plata en Chañarcillo y de carbón en Lota, permitió la construcción de esta obra, así como de otros espacios icónicos como el Parque O’Higgins (antes Parque Cousiño), el Parque de Lota y la Viña Cousiño Macul.

Tras la tramitación de sucesiones familiares, en 1940 el palacio pasó a manos de la Municipalidad de Santiago y, en 1977 abrió sus puertas al público como museo, siendo declarado Monumento Nacional en la categoría Monumento Histórico en 1981.

Producto del terremoto de 2010, fue cerrado para someterlo a restauración y reforzamiento estructural, incorporando la cava de vinos del subsuelo, hoy utilizada como galería para exposiciones temporales.

Durante las visitas guiadas cada sala revela detalles meticulosamente conservados: techos ornamentados, vitrales que capturan la luz natural y mobiliario de época que transporta al visitante a otra era.

Más allá de su valor estético, el Palacio Cousiño ha sido testigo de reuniones sociales, celebraciones y eventos culturales, manteniéndose como un ícono del patrimonio de la Región Metropolitana.

Visitarlo es una oportunidad única para apreciar un legado arquitectónico y cultural que ha trascendido generaciones, recordándonos la importancia de valorar y proteger la historia que nos rodea.

Desde sus salones hasta su pinacoteca y jardines, el Palacio Cousiño sigue siendo un espacio donde la historia y la cultura se entrelazan con la vida contemporánea de Santiago.

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