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WiFi, celulares y antenas: La amenaza de la contaminación electromagnética

Aunque no deja residuos visibles ni emite olores, este tipo de contaminación es común en nuestra vida diaria y sus efectos en la salud aún son materia de estudio. "Estamos siendo constantemente bañados por un océano de ondas electromagnéticas que están en todas partes", comentó Cristóbal Espinoza, académico del Departamento de Física de la Usach.

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  • Fabián Escobar

  • Martes 24 de junio de 2025 - 10:58

Cada 24 de junio se conmemora el Día Internacional contra la Contaminación Electromagnética, una fecha que busca generar conciencia sobre una forma de polución invisible, pero omnipresente: la exposición excesiva a campos electromagnéticos generados por tecnologías como el WiFi, antenas de telecomunicaciones, teléfonos móviles, líneas de alta tensión y electrodomésticos.

Aunque la contaminación electromagnética no deja residuos visibles ni emite olores, diversos estudios científicos han planteado posibles efectos biológicos derivados de la exposición prolongada a estas ondas.

La OMS indica que, basándose en investigaciones científicas, no hay pruebas concluyentes de que la exposición a campos electromagnéticos de baja intensidad cause problemas de salud. Sin embargo, el organismo ha reconocido que en algunos casos puede tener efectos perjudiciales para la salud, especialmente en exposiciones agudas a altos niveles de radiación.

Según los expertos, estas ondas forman parte del espectro electromagnético no ionizante, que incluye desde microondas hasta frecuencias de radio. Si bien su intensidad es generalmente baja, la exposición constante y creciente preocupa a científicos, médicos y organizaciones ambientales.

“En el día a día nosotros nos exponemos a fuentes electromagnéticas, generalmente de radio. También están los celulares, que es posiblemente la más común, la ciudad está llena de torres de celulares y por lo tanto todas esas torres están transmitiendo señales electromagnéticas entre ellas y entre cada uno de los celulares que todos tenemos. Entonces, estamos siendo constantemente bañados por un océano de ondas electromagnéticas que están en todas partes, ya están en la calle, están dentro de la casa de nosotros, por la internet inalámbrica que tenemos, por ejemplo, y por los celulares”, comentó Cristóbal Espinoza, académico del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile (Usach).

Para el especialista, otra fuente común de este tipo de contaminación son los radares de los aeropuertos, ya que emiten pulsos de radiación electromagnética bastante potentes. De hecho, para poder detectar aviones y otro tipo de cosas, las bases aéreas, ocupan radares. Otra fuente de contaminación electromagnética que tenemos en la vida urbana son las torres de alta tensión instaladas en algunos lugares de la ciudad. “Si uno está cerca de una torre de alta tensión, igual está en presencia de un campo electromagnético que genera la misma corriente que pasa por ahí”, sostiene el académico.

Ante la constante exposición diaria, cabe preguntarse ¿qué acciones puede tomar una persona para reducir su exposición a la contaminación electromagnética si vive en la ciudad llega de fuentes electromagnéticas?

“Si realmente se le tiene miedo a esto, es aconsejable no dormir con el celular al lado, y con eso reducir por lo menos unas ocho horas al día la exposición tan directa que el celular nos trae a la radiación electromagnética. Hay gente que le tiene mucho temor a la radiación electromagnética, y vive a oscuras, por ejemplo, y eso ya tiene que ver más con cosas psicológicas que con otra cuestión, aunque creo que no hay mucho que uno puede hacer si es que vive en la ciudad”, comentó el experto.

 

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