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A seis años del 18 de octubre: ¿Qué dijeron los candidatos presidenciales sobre el estallido?

Este fin de semana se cumple un nuevo aniversario de la revuelta social iniciada en 2019. Los aspirantes a La Moneda mantienen diferencias en torno a lo que significó ese momento para el país y la crisis que derivó en diversas manifestaciones en todo Chile.

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  • Fabiana Chávez

  • Viernes 17 de octubre de 2025 - 15:37

Hace seis años Chile vivió una de las jornadas más decisivas desde el retorno a la democracia. Lo que comenzó con evasiones masivas en el Metro derivó en manifestaciones a lo largo del país que expusieron el malestar social acumulado.

El alza del costo de la vida, las pensiones, la salud y la educación fueron parte de las demandas que impulsaron la movilización. También hubo episodios de violencia y denuncias de violaciones a los derechos humanos que marcaron el desarrollo de la revuelta.

Según René Jara, doctor en Ciencias Políticas y académico de la Escuela de Periodismo de la Usach, las diferencias entre los candidatos reflejan “una línea continua con dos polos: defensa y legitimidad del uso de la fuerza policial, y defensa del derecho a la protesta y el cuidado de los derechos humanos”. A su juicio, “todas las posiciones marcan dónde se reconoce cada candidatura respecto a este debate”.

JEANETTE JARA

La candidata del Partido Comunista venía de ser subsecretaria de Previsión Social durante el gobierno de Michelle Bachelet. En 2019 cursaba un magíster en Gerencia Pública en la Universidad de Santiago, donde también impartía clases, y lanzó la plataforma “Ideas para Conchalí”, que más tarde se transformó en fundación.

Tras el estallido del 18 de octubre, desde esa instancia comenzó a brindar asesoría legal a heridos y afectados por el actuar policial. Como abogada patrocinó dos querellas por homicidio frustrado contra el exgeneral director de Carabineros, Mario Rozas, en representación de Alejandro Pérez y Juan Carlos Pereira.

Ese año, en una entrevista con CNN Chile, advirtió que “el nunca más no ocurrió de esa forma y hoy nos enfrentamos a un escenario donde hay mucha violencia policial”. Ya en campaña, ha sostenido que el estallido no fue un hecho delictual, sino una expresión de descontento frente a los abusos acumulados.

EVELYN MATTHEI

La exalcaldesa de Providencia, que ya llevaba tres años en el cargo cuando comenzó la crisis social, pidió al gobierno un cambio profundo en el gabinete. Durante una entrevista con Canal 13, el 24 de octubre de 2019 afirmó que “tiene que ser un cambio muy profundo… por lo menos ocho ministros. Tú no puedes cambiar con la misma gente”.

Semanas después, en declaraciones a CNN Chile, comentó que “esta generación al principio lo hizo muy bien y terminó no dando el ancho”.

JOSÉ ANTONIO KAST

El candidato republicano no ocupaba un cargo público durante el estallido y evitó pronunciarse en los primeros días. Con el paso de los años ha insistido en que lo ocurrido fue obra de grupos que buscaron desestabilizar al país.

Ha sostenido que “el estallido fue un acto de violencia que dañó a Chile y no una movilización social legítima”, y criticó el Acuerdo por la Paz por significar, a su juicio, “ceder ante la presión callejera”. En distintas entrevistas entre 2021 y 2024, advirtió que lo vivido “no fue espontáneo” y que “se impuso el miedo y el terror”.

FRANCO PARISI


El exprofesor universitario no tenía participación política formal en 2019. Durante esas semanas llamó a investigar los daños y a responsabilizar tanto a quienes ejercieron violencia como a las autoridades. Llamó a “escuchar el descontento social, pero también hacerse cargo de la delincuencia y la destrucción de empleos”, además de cuestionar la respuesta gubernamental frente a las demandas ciudadanas.

JOHANNES KAISER


El parlamentario no emitió declaraciones públicas durante los días del estallido
. Años más tarde calificó el 18 de octubre como “un intento de golpe encubierto” y aseguró que estuvo coordinado para “derribar al gobierno democráticamente elegido”. En sus intervenciones entre 2022 y 2024 afirmó que las protestas fueron impulsadas por grupos organizados que buscaban la desestabilización política.

HAROLD MAYNE-NICHOLLS


El exdirigente deportivo no tenía actividad política en 2019. En entrevistas posteriores ha reconocido que el estallido reflejó “un cansancio legítimo de la gente frente a los abusos”. Aunque condenó los hechos de violencia, destacó que “las demandas sociales siguen vigentes y deben ser abordadas con medidas concretas”, llamando a recuperar la confianza a través del diálogo.

EDUARDO ARTÉS


El profesor Artés no entregó declaraciones durante las jornadas del estallido
. En 2021 aseguró que “el 18 de octubre fue el despertar del pueblo que se cansó de la explotación” y denunció “represión de Estado contra quienes exigieron dignidad”. Agregó que la movilización reveló que el modelo económico mantiene desigualdades estructurales que persisten hasta hoy.

MARCO ENRÍQUEZ-OMINAMI


El exdiputado no tenía un cargo público en 2019 y
se mantuvo en silencio en los primeros días de protestas. En entrevistas posteriores afirmó que “el estallido social fue legítimo y expresó un dolor real del país”, reconociendo además que “sí hubo violaciones a los derechos humanos que deben investigarse y sancionarse”. También ha planteado que el proceso constituyente frustrado fue una consecuencia directa del 18 de octubre.

René Jara advierte que la forma y el momento en que los candidatos se pronunciaron también influye en la percepción actual de sus campañas. “Quienes tienen posiciones más polarizadas probablemente se sometan a un test de consecuencia de cara al aniversario del 18-O”, afirma.

Según el académico, las declaraciones no solo reflejan su postura frente al pasado, sino también “cómo cada uno podría afrontar un nuevo ciclo de protestas durante su eventual gobierno”, lo que, añade, será una preocupación transversal para garantizar la gobernabilidad de los próximos cuatro años.

Las posturas siguen divididas. Para algunos aspirantes a la presidencia, el estallido fue un punto de inflexión social que abrió paso a demandas legítimas; para otros, representó un quiebre del orden público con daños irreparables. Seis años después, la interpretación política del 18 de octubre continúa siendo una frontera ideológica que influye en el debate presidencial y revela cómo cada candidatura lee el malestar social que aún persiste en Chile.

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