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"Caldo de Barrio": El juego de mesa que invita a conocer lugares emblemáticos de Santiago

Las y los participantes recorren la historia de sectores típicos de la ciudad, como Franklin y Bulnes, sus transformaciones a lo largo de los años, sus icónicos personajes, las tiendas y oficios que existen en cada rincón, dando valor a un patrimonio que está vivo y listo para ser explorado.

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  • Fabián Escobar

  • Lunes 23 de junio de 2025 - 15:17

Un tablero de mesa, cartas con preguntas, desafíos en equipo, dados y una olla para llenarla con pequeñas verduras. Esos son los elementos de "Caldo de Barrio", el juego familiar que invita a conocer el barrio Franklin y que fue creado por Puebla, agencia dedicada a la participación de comunidades y organizaciones a través del arte y del juego, junto a By María y financiado por el Fondo del Patrimonio Cultural. 

A través de una experiencia lúdica y colaborativa, niños y niñas aprenden sobre la historia del sector, explorando sus más de dos siglos de vida: desde sus orígenes rurales, pasando por la transformación industrial con la creación del Matadero, hasta el surgimiento de una cultura urbana popular y su actual identidad comercial, marcada por los mercados persas.

Mientras resuelven desafíos y ganan verduras para el caldo, las y los jugadores descubren tiendas, oficios y cultores locales que dan vida a un patrimonio activo, cercano y listo para ser explorado.

En alianza con Fundación Niebla, y gracias al Fondo Nacional de Desarrollo Regional entregado por el Gobierno Regional Metropolitano, el juego se difundió a más de 100  estudiantes del Liceo Bicentenario Teresa Prats y la Escuela Pública Comunitaria, ambas instituciones ubicadas en Franklin. Previo a sentarse a jugar, el proyecto propuso realizar recorridos por el barrio para conocer a cultores con oficios tradicionales del sector, como el trabajo de Zenén Vargas, reconocido por sus carteles de micro pintados a mano alzada, y con quien aprendieron a hacer sus propios letreros.

La visita al taller del muralista "Mono" González en el Persa Santa Rosa fue una de las más recordadas. “Varias niñeces viven en el barrio, pero no sabían que el mural que ven a diario lo hizo él, por ejemplo. O ven la entrada del persa, pero no saben de qué se trata ese lugar”, dice Felipe Escobar, educador y psicólogo de la Escuela Pública Comunitaria, proyecto educativo autogestionado ubicado en la calle Placer.

JUGAR Y APRENDER

En los 60 minutos que dura el juego, niños, niñas, adolescentes y adultos deben resolver todo tipo de desafíos sobre el barrio: cómo se llama el clásico local de sánguches, hacer una mímica de una de las tantas obras que se han hecho en el Teatro Huemul, encarnar a un personaje histórico y así avanzar en el tablero en el que, al igual que las calles de Franklin, se puede ir por cualquier dirección.

Bárbara Chávez, socióloga y directora de Puebla, aseguró a Diario Usach que lo lúdico es una herramienta clave para aprender entre generaciones: “Hemos descubierto en el juego un punto de encuentro que no falla: cuando un niño cuenta con un adulto motivado con el juego, los niveles de emoción y entusiasmo se disparan. Y cuando estamos así de motivados, tenemos el terreno fértil para relacionarnos con lo desconocido, crear confianzas y, en definitiva, construir tejidos que pueden transformar comunidades”.

 CONECTAR CON EL PATRIMONIO

"Caldo de Barrio" fue el resultado de tres años de investigación. Durante ese tiempo, el equipo de Puebla convocó a la vecindad, a locatarios, a investigadores y a cultores del sector para generar un conocimiento situado y colectivo del barrio Matadero Franklin, al mismo tiempo que levantaban contenidos desde archivos y libros.

Esa misma metodología la aplicaron posteriormente en Bulnes, conocido como el barrio cívico de Santiago. El resultado de ese proceso fue un juego de ciudad en el que  los equipos deben seguir pistas y recorrer calles y rincones del barrio para cumplir una misión colaborativa. A medida que avanzan, las y los jugadores descubren tesoros urbanos y revelan un gran misterio que resignificará la identidad del barrio.

El interés de conocer los barrios a través de juegos “viene de una inquietud muy honesta y genuina como habitantes de una ciudad: de la necesidad de querer los lugares donde estamos”, afirmó Bárbara Chávez y agregó: “Nos interesa que las personas aprendan a valorar su barrio y, por tanto, cuidarlo. Que puedan contarle a nuevas personas de su historia, de la importancia de su cultura, de lo significativo que es que se preserve el patrimonio. Por eso creemos en el juego como canal para cambiar miradas y sostener afectos”.

 

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