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Los nuevos desafíos del Metro: Una extensión histórica al aeropuerto y la lucha diaria contra las averías

El anuncio de expansión de una nueva línea del tren subterráneo fue celebrado por usuarios y autoridades. Sin embargo, las constantes fallas registradas en las últimas semanas se transformaron en uno de los grandes dolores de cabeza para la administración del medio de transporte capitalino.

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  • Fabián Escobar

  • Miércoles 4 de junio de 2025 - 14:38

Uno de los anuncios más llamativos de la última Cuenta Pública del Presidente Gabriel Boric fue la extensión de los servicios del Metro de Santiago hasta el aeropuerto Arturo Merino Benítez, posicionando a la capital chilena a la altura de ciudades como Nueva York, Madrid, Atlanta, Estocolmo, Londres o Ámsterdam, que cuentan con este tipo de servicio en su transporte público.

Según los detalles oficiales, en sólo 7 minutos se conectará la futura estación ubicada en Mapocho con Huelén de la Línea 7, en Cerro Navia, con el Aeropuerto de Santiago, en la comuna de Pudahuel. Así, un viaje en transporte público desde el centro de la capital bajará de 84 a 30 minutos, un ahorro de tiempo superior al 60%.

El anuncio se genera en el contexto de las celebraciones por el medio siglo del Metro de Santiago, medio de transporte que inauguró en septiembre de 1975 la Línea 1, en un trazo que unía las estaciones San Pablo y La Moneda.

Cincuenta años después, el sistema ha crecido hasta contar con más de 140 kilómetros de extensión y movilizar a más de 2,5 millones de personas diariamente.

“Metro siempre ha sido tremendamente importante, porque quienes viven en la capital saben que el Metro es la columna vertebral del sistema de transporte público en Santiago y representa, además, lo mejor de lo público. El Metro es un servicio del cual estamos profundamente orgullosos”, comentó el Presidente Boric en rueda de prensa, donde confirmó una inversión de 365 millones de dólares para la futura Línea A.

UNA CIUDAD QUE CRECE BAJO  Y SOBRE TIERRA

El anuncio presidencial se inscribe en un contexto de transformación urbana acelerada. Santiago, con más de siete millones de habitantes, enfrenta un constante proceso de expansión, con comunas que demandan mejor conectividad y acceso equitativo a servicios públicos.

La extensión del Metro hacia el aeropuerto representa una oportunidad para descentralizar la ciudad y facilitar la integración entre distintos modos de transporte, como buses, trenes y bicicletas.

Sin embargo, este crecimiento también plantea importantes desafíos. Uno de ellos es garantizar que la expansión del Metro no genere procesos de exclusión social, especialmente en sectores históricamente marginados. Además, expertos advierten sobre la necesidad de reforzar la planificación urbana, para que el crecimiento del transporte subterráneo vaya acompañado de políticas de vivienda, espacios públicos y sostenibilidad ambiental.

“El Metro de Santiago ha impactado fuertemente en la transformación urbana de la ciudad, ya que las materializaciones de las líneas de Metro generan mayor accesibilidad a las distintas actividades y generan plusvalía en los sectores cercanos a sus áreas de influencia. De esta manera, en el entorno de las estaciones de Metro se ha ido densificando la ciudad, generando esta transformación que tenemos actualmente y que las futuras líneas de Metro consolidarán a futuro”, comentó Daniel Arancibia, ingeniero Civil en Geografía y académico de la facultad de ingeniería de la Universidad de Santiago de Chile.

El experto asegura que la extensión del Metro durante sus cincuenta primeros años, que a la fecha acumula 136 estaciones, es una política pública que va más allá del transporte: es calidad de vida.

“El generar una ciudad más equitativa y menos segregada corresponde al foco que tiene Metro y el Gobierno al realizar estos anuncios y plazos de materialización, debido a que contribuye a mejorar la accesibilidad de aquella población de menores ingresos dotándolos de una mejor calidad de vida con un transporte sustentable para la ciudad”, sostuvo Daniel Arancibia.

Para Martín Andrade, director ejecutivo de Corporación Ciudades, la extensión de las nuevas líneas del Metro debe ir de la mano con el desarrollo urbano y así generar comunidad que se beneficie de estos avances.

“El problema a veces pasa porque el desarrollo en movilidad está llegando antes que la planificación urbana y eso no puede ser”, asegura el experto, quien adelantó que otro desafío estatal es proyectar además líneas de transporte de buses que vayan en apoyo del nuevo Metro.

“Se debe comenzar a evaluar cómo funciona el transporte de buses, su periodicidad y sus trazados, porque las nuevas líneas proyectadas también van a cambiar la forma en que se movilizan las personas, por lo que todo el transporte, incluyendo las ciclovías, deben reevaluarse. También es muy importante potenciar su intermodalidad y pensar en cómo reforzamos estas nuevas estaciones para que la gente se baje del auto, llegue en bicicleta, y ver estos lugares como polos de desarrollo”, comentó Andrade.

DESAFÍO CON LA CALIDAD

El Metro de Santiago, que nació como un ambicioso sueño de modernización, hoy vuelve a ser protagonista de una nueva visión de futuro.

Su expansión hacia el aeropuerto no es solo un avance técnico, sino también una señal clara de que Chile se mueve hacia una mejor calidad de vida para todos. Sin embargo, en los últimos meses, el tren subterráneo ha protagonizado una serie de eventos relacionados a fallas en su sistema que han puesto en tela de juicio su capacidad de movilizar a tantas personas.

“En cuanto a los errores (de planificación del Metro) está lo relacionado al material rodante que no ha sido del todo renovado y las mantenciones de las vías, lo que ha generado fallas en el sistema que repercuten fuertemente en los tiempos de viaje de los usuarios, dado que el sistema de transporte público depende de la operación de Metro”, comentó Daniel Arancibia.

Desde Metro tienen total claridad de que las averías y fallas se han transformado en un dolor de cabeza para sus millones de usuarios. Sin embargo, afirman que los eventos registrados son menos que hace una década y que en su mayoría se generan en la Línea 1, la más antigua del sistema.

“En un sistema complejo como es Metro hay distintos incidentes que se dan en el día a día. Algunos se explican por fallas de distinta naturaleza que generan interrupciones. La mitad de las interrupciones de deben a eventos internos y la otra mitad a eventos externos. Nosotros tenemos averías, son equipos que fallan a pesar de los mantenimientos que se hacen. Estamos muy parecidos a las averías totales que teníamos el año pasado y muy por debajo de lo que pasaba hace 10 años”, comentó Guillermo Muñoz, en conversación con el programa Línea 1 de Radio Usach.

El presidente de Metro aseguró que la mayoría de las averías se “resuelven en cinco minutos”, pero que en el último tiempo han aumentado las averías que demoran “más de cinco minutos”, especialmente por fallas en las puertas de los trenes.

“Estamos llegando a niveles de demanda de prepandemia, que son niveles altos. Estos niveles generan roces y problemas en la operación, particularmente de las líneas más cargadas donde se generan fallas. La gente cuando sube a última hora atrapa las puertas, y hay que volverlas a abrir y cerrar y eso genera fallas que van degradando el servicio durante el día”, sostuvo Guillermo Muñoz.

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