Click acá para ir directamente al contenido

Actualidad

Estos son los síntomas: Los gatos también pueden desarrollar hígado graso

Es la enfermedad hepática más frecuente en los gatos domésticos y se caracteriza por la acumulación de grandes cantidades de grasa en las células del hígado.

  • Comparte
  • Disminuir tamaño de letra
  • Aumentar tamaño de letra
  • Diario Usach

  • Viernes 22 de agosto de 2025 - 13:10

Dicen que las mascotas se suelen parecer mucho a sus dueños. Sobre todo porque existen varias condiciones médicas que son muy parecidas entre los humanos y los animales. 

Una de ellas es la lipidosis hepática felina, también conocida como síndrome del hígado graso, es la enfermedad hepática más frecuente en los gatos domésticos.

Esta patología se caracteriza por la acumulación de grandes cantidades de grasa en las células del hígado, lo que impide el funcionamiento normal del órgano y puede derivar en insuficiencia hepática.

“Los gatos tienen hígado graso por el consumo excesivo de productos ultraprocesados”, indicó la veterinaria española especializada en nutrición felina Neus Candela a Infobae.

ESTOS SON LOS SÍNTOMAS

Los síntomas de la lipidosis hepática felina suelen aparecer de forma progresiva. Los signos más comunes incluyen anorexia (falta de apetito persistente), pérdida de peso significativa en poco tiempo, deshidratación, náuseas, hipersalivación, vómitos y letargo.

En fases avanzadas, pueden presentarse ictericia (coloración amarilla de la piel y mucosas), mayor pérdida de peso, convulsiones y aumento del tamaño del hígado.

La mayoría de los gatos afectados muestran un cuadro de inapetencia que se prolonga entre tres y siete días, con una reducción del peso corporal de entre el 25% y el 40%.

El diagnóstico de la lipidosis hepática felina requiere un enfoque integral. El veterinario debe analizar la historia clínica del animal, realizar un examen físico detallado y solicitar pruebas complementarias como análisis de sangre, que suelen mostrar alteraciones en la función hepática y, en algunos casos, anemia o leucocitosis.

La ecografía abdominal permite identificar un hígado con características específicas, mientras que la confirmación definitiva se obtiene mediante citología o biopsia hepática, donde se observa la acumulación de lípidos en las células del órgano.

Te puede interesar