Aunque solemos poner mucho foco en la técnica de cepillado y el tipo de pasta dental que usamos, hay un protagonista silencioso que muchas veces descuidamos: el cepillo de dientes. Usarlo sin un mantenimiento adecuado puede reducir su efectividad y convertirse en un foco de bacterias.
El profesor Dr. Ramón Schlieper Cacciuttolo, director de la carrera de Odontología de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, explica que “el cepillo es nuestra primera línea de defensa contra las enfermedades bucales, pero si no lo cuidamos correctamente, ese aliado puede transformarse en un riesgo”.
Cuidar este artículo esencial para la higiene bucal no solo prolonga su vida útil, sino que también garantiza una higiene más efectiva y segura. Como señala el profesor Schlieper “el cepillo necesita estar en buenas condiciones para cumplir su función”.
1.- LÍMPIALO DESPUÉS DE CADA USO
Luego de cepillarte, enjuaga tu cepillo con abundante agua corriente. Así eliminas restos de pasta dental y alimentos que, si quedan atrapados en las cerdas, pueden generar acumulación de bacterias.
2.- DÉJALO SECAR AL AIRE LIBRE
Guárdalo en posición vertical, con el cabezal hacia arriba y sin cubrirlo de inmediato. Las tapas cerradas conservan la humedad, lo que favorece el crecimiento de bacterias y hongos. Además, procura dejarlo lejos del inodoro, ya que la descarga genera microgotas que pueden contaminar el cepillo.
3.- EVITA QUE SE TOQUE CON OTROS CEPILLOS
Si usas un vaso o soporte compartido en casa, asegúrate de que los cepillos no se toquen entre sí. Esto es especialmente importante si se trata de cepillos de niños, ya que su sistema inmune aún se encuentra en desarrollo.
4.- CUIDA QUE NO SE "CHASCONEE"
El desgaste de las cerdas ocurre por cepillado excesivamente fuerte, por morder el cabezal o por usar el cepillo para limpiar cosas que no son tus dientes. Usa movimientos suaves y nunca lo apliques sobre superficies duras. Y si usas una tapa, que tenga ventilación, especialmente si tu baño es húmedo.
5.- TRANSPORTE DURANTE VIAJES
Cuando viajes, utiliza estuches ventilados para que el cepillo respire. Evita guardarlo húmedo por mucho tiempo. Apenas llegues a tu destino, sácalo del estuche y déjalo secar al aire.
6.- CÁMBIALO CADA 3 A 4 MESES
No esperes a que esté visiblemente deformado. Un cepillo en mal estado pierde efectividad, acumula bacterias y puede incluso dañar tus encías. Si las cerdas están abiertas o desordenadas, es momento de reemplazarlo.
7.- TEN UN CEPILLO FIJO EN EL TRABAJO
Si sueles cepillarte fuera de casa, lo mejor es tener un segundo cepillo en tu lugar de trabajo. Así evitas andar trasladando uno solo, lo que lo expone a golpes, humedad y contaminación. Además, refuerza tu hábito de higiene dental diaria.
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