La gestión de la pandemia, la fragilidad de la economía, el conflicto político en la Araucanía y la crisis migratoria sin precedentes son algunos de los retos más acuciantes que deberá afrontar el nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric.
Desde febrero de 2021, la policía ha contabilizado más de 50.000 ingresos irregulares a Chile a través de pasos fronterizos no habilitados, con un flujo diario de centenares de personas.
La envergadura de este inédito movimiento migratorio hacia Chile y el resto del cono sur, derivado del éxodo venezolano que ya llega a cerca de 6 millones de personas, ha generado en el norte del país una crisis humanitaria sin precedentes
Un reto inesperado que conjuga descontento de la población local, falta de bienes básicos para los ciudadanos que ingresan y una militarización fronteriza vigente desde mediados de febrero.
Controlar la migración irregular y tender puentes diplomáticos con países vecinos y también afectados por la crisis será uno de los desafíos urgentes que deberá asumir la nueva administración chilena.
VIOLENCIA E INSEGURIDAD
Hace décadas que en el sur de Chile se ha desarrolla el llamado "conflicto mapuche", que enfrenta a comunidades indígenas con grandes empresas agrícolas y forestales que explotan tierras consideradas ancestrales por el pueblo originario más numeroso del país.
Un territorio ocupado a la fuerza por el Estado a fines del siglo XIX en un proceso conocido oficialmente como la "Pacificación de La Araucanía".
Durante los últimos años, al calor de frecuentes ataques incendiarios a maquinaria y predios, el conflicto se ha agudizado, causando la muerte de gran número de comuneros mapuche a manos de agentes del Estado y registrándose además fallecimiento de policías y huelgas de hambre de presos indígenas.
El pasado 12 de octubre, Sebastián Piñera decretó un estado de excepción que militarizó la zona, medida que Boric adelantó que no renovará para "llamar al diálogo" entre las partes.
NUEVA CONSTITUCIÓN
El estallido social que remeció al país a fines de 2019, la mayor crisis política en tres décadas, detonó un proceso constituyente inédito en el mundo que deberá culminar a mediados de este año con la convocatoria de un referéndum para ratificar la propuesta de nueva Carta Magna.
Un texto que reemplazará a la vigente heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y considerada como el origen de las desigualdades del país.
Gran parte de la población ha depositado sus esperanzas de cambio hacia un modelo más justo en este proceso, de ahí que cuidarlo desde el Ejecutivo para que el proceso llegue a buen puerto es uno de los principales retos del nuevo gobierno.
ENFRENTAR UNA SEQUÍA EXTREMA
El año 2021 concluyó como el cuarto año más seco en Chile desde que se tienen registros, un escenario hídrico crítico que se extiende a lo largo de todo el territorio y afecta de forma más dramática a la zona central, donde miles habitantes reciben agua diariamente desde camiones aljibes.
Un dramático contexto donde además la temperatura no para de subir: el pasado invierno marcó casi 30 grados de máxima.
Son en total 13 años de sequía consecutivos, marcadas por las bajas precipitaciones y un grave déficit de agua nieve en áreas cordilleranas.
Expertos atribuyen el fenómeno a la crisis climática, pero las organizaciones ecologistas denuncian que el modelo de gestión de agua chileno -cuyo origen se remonta a la economía neoliberal instaurada durante la dictadura- la ha agravado.
Aumentar las ayudas para los pequeños agricultores y ganaderos, evitar incendios y garantizar el suministro de agua será una tarea prioritaria.
RECUPERACIÓN POST PANDEMIA
Chile, que sufrió un importante desplome de su PIB en un 5,8 % en 2020 a causa de la pandemia -la mayor caída en cuatro décadas-, ha mostrado una rápida recuperación económica, aunque las proyecciones del Banco Central para este año no superan el 2,5 %.
Con una de las economías más abiertas del mundo y pese a que ni Rusia ni Ucrania están dentro de sus principales aliados comerciales, la condición de importador neto hace a Chile un país con puntos vulnerables frente a la guerra en el este de Europa.
Combatir los golpes inflacionarios derivados del aumento del precio del petróleo y el trigo y recuperar empleos serán de los principales desafíos para levantar la economía chilena, así como mantener el control de la pandemia.
A todo ello, se ha sumado en el último momento un reto más: los efectos que tendrá en la economía globalizada la guerra en Ucrania, que igualmente golpeará al frágil sistema chileno.
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