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Los jóvenes ya no creen como antes: Las nuevas formas de espiritualidad de chilenos y chilenas

Según el Censo 2024, el 25,8% de la población de 15 años o más declara no tener religión o credo, cifra que era 8,3% en 2002. “Las nuevas generaciones se están alejando de las creencias y prácticas que han tenido sus padres y están en una búsqueda espiritual distinta”, comentó el sociólogo Cristián Parker, académico del IDEA Usach.

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  • Fabián Escobar

  • Jueves 3 de julio de 2025 - 11:56

El Censo 2024 confirmó un dato que puede marcar un antes y un después en la historia espiritual de Chile: la cantidad de personas que se declaran sin afiliación religiosa ha aumentado significativamente, especialmente entre los jóvenes, mientras que el catolicismo, históricamente mayoritario, sigue en declive.

Según los resultados entregados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la religión católica se mantiene como la principal religión o credo, con una disminución a lo largo de los años, pasando de 76,9% en 1992, 70% en 2002 y 54% en 2024. Le sigue la religión evangélica o protestante, que ha ido en aumento, pasando de 13,2% en 1992, 15,1% en 2002 y 16,3% en 2024. En contraste, el 25,8% de la población de 15 años o más declara no tener religión o credo, cifra que era 8,3% en 2002.

La encuesta muestra que los grupos etarios más jóvenes lideran el desapego religioso, mientras que las generaciones mayores aún conservan un vínculo con las tradiciones de fe. Esta transformación evidencia no solo una pérdida de adherencia a instituciones como la Iglesia Católica, sino también una reconfiguración del sentido espiritual y comunitario de las nuevas generaciones.

“Estamos en una sociedad donde ha habido muchos cambios sociales, políticos y culturales que han incidido en un proceso que se llama secularización. Es decir, que baja en general la incidencia de lo religioso en la sociedad y en la vida pública. Sin embargo, es muy importante destacar que la secularización no quiere decir que la gente deje de creer o deje de tener ciertas prácticas religiosas. Igualmente las sigue teniendo, pero más alejadas de las iglesias. Por eso, ese ítem que son los que se declaran sin religión, crece y crece mucho en Chile”, comentó a Diario Usach el sociólogo Cristián Parker, académico del Instituto de Estadios Avanzados de la Usach (IDEA).

¿QUÉ SIGNIFICA SER “NO RELIGIOSO” HOY EN CHILE?

La categoría de “sin religión” abarca una gran diversidad: desde agnósticos y ateos hasta personas que creen en algún tipo de espiritualidad, pero no se identifican con ninguna iglesia. Muchos jóvenes, según estudios paralelos al censo, siguen valorando la espiritualidad, pero en marcos más personales y desvinculados de lo dogmático.

Este fenómeno dialoga con los cambios culturales del país: mayor acceso a la educación, individualismo creciente, desconfianza en instituciones, y el avance de agendas sociales que han estado en tensión con posturas conservadoras religiosas, como el feminismo o los derechos de las diversidades sexuales.

“Estamos asistiendo a un cambio histórico de largo plazo. Las nuevas generaciones se están alejando de las creencias y prácticas que han tenido sus padres, las generaciones anteriores, y están en una búsqueda espiritual distinta. Es una búsqueda donde hay mucha diversidad de cosas, que va desde el yoga tántrico hasta todo lo que es nuevas creencias esotéricas, que el tema, por ejemplo, de la astrología, del tema del autocuidado, que tiene también elementos espirituales, que tiene que ver también con el cuidado del cuerpo, los chacras, creencias orientalistas”, señaló el profesor Parker, postulante al Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2025.

Otro factor que ha influido en el alejamiento de la religión tiene que ver con los constantes escándalos que han azotado a las iglesias, específicamente a la católica y evangélica. Situación a la que se suma el acceso a lo digital y a nuevas redes de comunicación que alejaron la espiritualidad de la vida común.

“Ha habido un cierto desprestigio de las iglesias. La iglesia católica, por cierto, por el tema de los abusos sexuales del clero, pero también por iglesias que no han sabido adecuarse a la nueva cultura de los jóvenes”, planteó Parker, quien además aseguró que existe poca autocritica de parte del mundo cristiano sobre la fuga de creyentes y no han sabido abordar el tema desde una perspectiva social.

“Siempre es la sociedad la que peca, la sociedad la que tiene problemas, y yo como iglesia, bueno, estoy bien porque yo tengo el mensaje de Jesús, tengo el mensaje de Cristo, y entonces tengo que evangelizar esta sociedad que se me está escapando, que se me está yendo. Esa es más o menos la forma que las iglesias tienen de enfrentar, pero yo considero que eso es limitado, restringido, porque no entran a fondo en por qué están sucediendo estos cambios culturales y sociales”, sentenció el académico. 

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