Como dueño de un gato, quieres que tu mascota sea lo más feliz y esté lo más sana posible. Ese deseo muchas veces choca con la naturaleza de los felinos, que son expertos en ocultar signos de enfermedad, lo que puede dificultar la detección temprana de problemas de salud.
Una forma de limitar los problemas de salud de estos animales tan queridos en el hogar es llevarlos a una revisión con el veterinario cada 6 a 12 meses. Esto es especialmente importante cuando tienen más de 8 años.
Además de esas precauciones, es bueno estar atento a los síntomas silenciosos que muchas veces expresan los gatos. Ana Francisca Soto, secretaria de la Comisión Nacional de Tenencia Responsable de Mascotas del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet) y etóloga clínica, reveló a Diario Usach cuáles son las acciones que debe tener en cuenta al estar al cuidado de los felinos.
“Los gatos tienden a ser muy silenciosos, ellos son sutiles en cuanto a la manifestación de los signos tanto físicos como emocionales. Entonces, puede pasar desapercibido sobre todo si se les compara con los perros, que son más expresivos”, señaló de entrada la especialista.
La profesional indicó que los dueños deben estar atentos si es que existe disminución del apetito, pero también si es que comienzan a tener menos actividad o más sueño del habitual, lo cual a veces es muy difícil de diferenciar porque en general los gatos duermen mucho.
Otro síntoma silencioso, pero que es muy común cuando sienten dolor o están enfermos, tiene que ver con el cambio de comportamiento. “Por ejemplo, al esconderse o estar más irritable, menos cariñosos o más agresivos o que se realicen menos aseo personal, entonces el pelaje se vuelve más opaco y comienzan a tener más motas que antes, también existe baja tolerancia al contacto físico”, comentó la etóloga clínica.
Ana Francisca Soto señaló que otra cosa que cambia en los gatitos tiene relación con sus maullidos. “Son diferentes, y también hay signos de postura corporal, pueden estar con la cabeza más baja, la espalda arqueada y en general más retraídos”, planteó la experta.
HAY QUE ESTAR ATENTOS A LOS BIGOTES Y LAS OREJAS
Las acciones nombradas anteriormente pueden dar sospechas de que tu felino no se encuentra bien, pero existen otros que también pueden ser claves y tienen relación con su cara, en especial los bigotes y las orejas.
La secretaria de la Comisión Nacional de Tenencia Responsable de Mascotas del Colegio Médico Veterinario de Chile indicó que “las orejas, los bigotes, los ojos y también la boquita, las mejillas son los puntos de los que nos tenemos que fijar para determinar, por ejemplo, si el gato está estresado o con dolor”.
En el caso de las orejas, la etóloga clínica señaló que es muy importante saber hacia donde están posicionadas. “Si están hacia atrás pueden manifestar que el gato está enojado, si están aplanadas sobre la cabeza, puede significar que está asustado, si hay mucha separación entre ambas orejas, mientras más separadas estén puede manifestar dolor”, aseguró.
La especialista también reveló que existe la escala de muecas felinas, también conocida como Escala Grimace, que es una herramienta utilizada para evaluar el dolor en gatos basándose en cambios sutiles en sus expresiones faciales.
“Justamente se evalúa el dolor de puntaje cero, uno a dos, de inexistente, moderado a severo, con la cara del gatito. Entonces, las orejas es algo que uno se fija, los bigotes hacia atrás o como que esté erizado, también manifiestan dolor o incomodidad”, destacó Ana Francisca Soto.
La cabeza baja, con respecto a los hombros, también y las mejillas contraídas, son otros indicios que hay que observar en el hogar. “Los ojos también hay que verlos, porque mientras más achinados están es que tienen dolor. También las pupilas dilatadas, sin luz, puede manifestar que el gatito esté asustado. Los gatos dan mucha información”, señaló la profesional.
A pesar de las complejidades para saber si están enfermos, los felinos tienen a dar pistas que muchas veces pasan desapercibidas para los dueños. La experta contó que “cuando los gatos se sienten mal, tienden a esconderse, donde sea que no los puedan encontrar. Entonces se pueden esconder debajo de la cama, del sofá, en un rincón oscuro de la pieza, adentro del closet, cajones, en caja, debajo de los muebles, de cortinas, tratan de protegerse cuando se sienten débiles o vulnerables”.
FIJARSE EN EL ARENERO
Pero no solo hay que fijarse en el lenguaje corporal de su querido animal, también hay que estar atentos a sus idas al baño. “Además de todo lo que mencionamos con respecto a la alimentación, acicalamiento, retraimiento, el arenero es importante también. Por ejemplo, cambio en la frecuencia o en la cantidad de orina o fecas, muy importante”, comentó.
La etóloga clínica también indicó que “si orina fuera del arenero, ya que muchas veces el orinar fuera del arenero no solamente tiene que ver con marcaje, sino que, con problemas a nivel conductual, que pueden ser relacionados a estrés, a problemas relacionados con el arenero en sí, o con presencia de otros gatos, cambios en la rutina, etcétera, o bien con problemas del tracto urinario”.
Agregó que “para orinar o defecar, puede que maúlle cuando está en la caja, lo que manifiesta esfuerzo por tratar de orinar o defecar, también puede existir una postura que demuestre dolor, hay que ver si las fecas son blandas o con mucus o sangre, o si la orina tiene sangre, que se vea más rosada o con un olor diferente, o también si el gato entra o sale del arenero sin hacer nada, y va varias veces al arenero, pero no hay nada, entonces es muy muy importante y debe llevarse de inmediato al veterinario”.
La especialista enfatizó que, aunque los dueños estén atentos a estos síntomas silenciosos, es necesario llevarlo al veterinario frente a cualquier cambio de comportamiento. “Ante cambio en la frecuencia de comida o de beber agua, cuando no orina o defeca, cuando hay vómitos o diarrea, cuando hay debilidad, cuando hay dificultad para respirar o respira con esfuerzo, si hay pérdida de peso inexplicable en muy poco tiempo, si manifiesta dolor por ejemplo al tocarlo, al moverse o temblores, si se lame también excesivamente alguna zona o si hay presencia de sangre en alguna parte de su cuerpo, en vómitos, en la orina, en las fecas, etcétera, debe ir al veterinario”.
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