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Un análisis realizado por Territorio SIG a partir de las bases de datos del Censo 2024 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) volvió a dejar en evidencia una de las características más persistentes de la Región Metropolitana: su profunda segregación territorial y ocupacional.

El estudio, que examinó la ocupación predominante en las 52 comunas de la RM según la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO), muestra una clara división entre las comunas del sector oriente, donde predominan los profesionales, científicos e intelectuales, y aquellas zonas con menores ingresos, donde la mayor parte de la población se desempeña como trabajadores de servicios y vendedores del comercio y los mercados.

Según la publicación, a nivel nacional, el Censo 2024 muestra que los trabajadores de servicios y vendedores constituyen el grupo ocupacional más numeroso del país, superando los 1,6 millones de personas, seguidos muy de cerca por los profesionales, científicos e intelectuales, con cerca de 1,5 millones. Más atrás aparecen las ocupaciones elementales y los artesanos y operarios de oficios, ambas con más de un millón de trabajadores, dando cuenta de la relevancia que aún tienen los oficios tradicionales y las labores de apoyo en el funcionamiento cotidiano de la economía.

Sin embargo, más allá de las cifras nacionales, el análisis territorial revela fuertes contrastes al interior de la capital. El mapa elaborado por Territorio SIG muestra que comunas como Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, Providencia y Ñuñoa concentran una mayoría de profesionales, científicos e intelectuales, mientras que gran parte del poniente, sur y suroriente de la capital como Puente Alto, La Pintana, San Bernardo, Maipú, Quilicura o Renca registra un predominio de trabajadores ligados a los servicios, el retail y la atención de público.

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Para el antropólogo Sergio González, investigador en psicología social y cultural y académico de la Universidad de Santiago, esta realidad no es nueva ni casual. “Lo primero que hay que decir es que la segregación territorial a la que asistimos hoy día es fruto de lo que pasó hace más de 40 o 50 años atrás, que fue planificado por la dictadura, en su momento, de segregar territorialmente y agrupar a los diferentes estratos sociales en territorios diferenciados”, señala.

González explica que las erradicaciones y traslados masivos de población realizados durante las décadas del 70 y 80 configuraron un mapa social que sigue vigente. “Eso es fruto de lo que tenemos hoy día en términos de un mapa social y culturalmente segmentado, que se expresa en la diferenciación entre profesiones de más altos ingresos y los sectores de servicios y retail, asociados a los menores ingresos”, afirma.

El académico enfatiza que se trata de un proceso histórico deliberado. “Esto no es algo que ocurrió en los últimos años. Es una traza histórica del neoliberalismo que se planificó y ejecutó en Chile desde fines de los años 70 y, sobre todo, en los 80”, sostiene. A su juicio, esta lógica dio paso a lo que denomina la “condominización de la sociedad”, lo que sería la división de territorios socialmente homogéneos, donde conviven personas con ingresos, expectativas y trayectorias similares.

“Tenemos comunas de pobres con pobres, de clase media baja con clase media baja, de clase media alta con sus iguales, y los privilegiados concentrados en el sector oriente de la Región Metropolitana”, describe González. Este fenómeno, advierte, no solo genera segregación social, sino también riesgos para la cohesión social, al formar verdaderos “guetos sociales y culturales”.