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Memoria y concentración en jaque: cómo enfrentar el bajón de mitad de año

El cansancio acumulado, las bajas temperaturas y la falta de luz natural pueden afectar el rendimiento mental, pero existen formas de mantener la memoria y la concentración a través de hábitos diarios, alimentación, descanso y apoyo complementario.

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  • Diario Usach

  • Sábado 10 de mayo de 2025 - 08:37

En el ritmo acelerado de la vida moderna, mantener una buena memoria y concentración es fundamental para rendir bien en el trabajo, los estudios y las actividades diarias. Esta exigencia se intensifica a mediados de año, cuando el cansancio acumulado, el estrés, el frío, la menor luz natural y la reducción de actividad física afectan directamente nuestro bienestar mental.

La disminución de la luz solar puede alterar el ritmo circadiano, influyendo en el ánimo y la capacidad cognitiva. Según un estudio de la Universidad de Harvard, la falta de luz natural aumenta la producción de melatonina y disminuye la serotonina, provocando letargo y síntomas asociados al trastorno afectivo estacional. Además, un estudio reciente en la revista eLife (2024) reveló que mayor exposición a luz brillante mejora el rendimiento cognitivo al activar regiones cerebrales clave.

La buena noticia es que adoptar ciertos hábitos puede ayudarte a mantener la mente ágil, incluso en los meses más complejos del año.

ALIMENTACIÓN CONSCIENTE

El cerebro, aunque representa solo el 2% del peso corporal, consume cerca del 20% de la energía. Por eso, necesita nutrientes esenciales como vitaminas del complejo B, antioxidantes, minerales y ácidos grasos omega-3. Incluir frutas, verduras, legumbres y cereales integrales es clave para su funcionamiento.

Alimentos como las bayas aportan flavonoides que protegen las neuronas y favorecen la plasticidad cerebral. También la cúrcuma, rica en curcumina, ha demostrado efectos antiinflamatorios y neuroprotectores.

Para quienes necesitan apoyo adicional, productos como los de la marca Colina son una opción útil. Este suplemento favorece la síntesis de acetilcolina, neurotransmisor vital para la memoria y el aprendizaje. Además, contribuye a mantener la integridad de las membranas celulares cerebrales, facilitando la comunicación entre neuronas. En personas con dietas restrictivas, su uso puede ser especialmente beneficioso.

EJERCICIO FÍSICO

Moverse es tan importante para el cuerpo como para la mente. Actividades como caminar o andar en bicicleta mejoran el flujo sanguíneo al cerebro, estimulan la neurogénesis y promueven la liberación de BDNF, una proteína clave para la memoria.

El ejercicio también disminuye el estrés y la ansiedad, ambos enemigos de la concentración. En Chile, aprovechar plazas, parques o senderos es una excelente forma de integrar esta práctica.

Si cuesta mantener la rutina, suplementos como los de Dymatize o Cellucor pueden ayudar. Estas marcas ofrecen productos que apoyan la energía, la recuperación muscular y la claridad mental, lo que facilita la constancia en el entrenamiento. Incluso sesiones cortas de 20 minutos pueden marcar la diferencia si se realizan con frecuencia.

DORMIR BIEN

El sueño consolida la memoria y reorganiza la información aprendida. Dormir entre 7 y 9 horas diarias es crucial, así como evitar pantallas y cafeína antes de acostarse. Una siesta breve también puede aumentar la concentración y la creatividad.

Factores como la temperatura, el ruido y la comodidad del colchón inciden directamente en la calidad del descanso. Establecer horarios regulares y reducir estímulos al final del día marcan una diferencia. La higiene del sueño, aún poco considerada, es una herramienta clave en el rendimiento mental.

ESTIMULA TU MENTE

Aprender algo nuevo, leer, resolver acertijos o tocar un instrumento fortalece las conexiones neuronales. Existen talleres, bibliotecas y plataformas digitales que facilitan estas actividades en Chile.

También es útil aplicar técnicas como el método Pomodoro, que propone bloques de trabajo enfocados con pausas breves. Esto mejora el rendimiento y evita la fatiga mental. Por otro lado, la meditación y el mindfulness ayudan a entrenar la atención y reducir el estrés, lo que potencia la función cognitiva. Hoy, muchas empresas están incluyendo pausas conscientes o ejercicios de atención plena en su jornada.

 MANEJO DE ESTRÉS Y ORDEN MENTAL

El desorden y la sobrecarga afectan la memoria. Usar calendarios, listas y mantener espacios organizados mejora la atención. Además, el estrés crónico daña áreas del cerebro como el hipocampo, esencial para la memoria.

Incorporar momentos de pausa, respiración profunda o prácticas como el yoga puede marcar una gran diferencia. Hoy existen múltiples alternativas para acceder a estas herramientas, tanto presenciales como digitales. Un entorno mental claro comienza por un entorno físico ordenado.

HIDRATACIÓN CONSTANTE

Incluso una leve deshidratación impacta la concentración. El cerebro necesita agua para funcionar correctamente, ya que esta facilita el transporte de nutrientes y la eliminación de toxinas.

Lo ideal es consumir al menos 8 vasos diarios, y si el agua no resulta atractiva, optar por infusiones o jugos naturales sin azúcar. En invierno, las infusiones calientes también ayudan a mantener la temperatura corporal, generando un doble beneficio para la salud.

APOYO COMPLEMENTARIO

Si bien una vida saludable es la base, los suplementos pueden ser aliados para cubrir carencias. En Chile, la marca Colina se ha posicionado como un referente en salud cognitiva, ofreciendo productos que ayudan a mejorar la concentración y la memoria, especialmente en etapas de mayor exigencia.

Otras marcas como Dymatize y Cellucor también ofrecen opciones que favorecen tanto el rendimiento físico como la claridad mental, combinando ingredientes naturales, aminoácidos y extractos vegetales que actúan de forma sinérgica para potenciar cuerpo y mente. En momentos de mayor carga académica o laboral, contar con estos aliados puede marcar una diferencia en el desempeño diario.

 

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