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Menos amigos, pero verdaderos: Así se distribuyen las amistades en la edad adulta

La evidencia psicológica confirma que los vínculos más estables y satisfactorios se dan en círculos pequeños. En Chile, la mayoría de los adultos mantiene entre tres y cinco amistades cercanas.

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  • Fabián Escobar

  • Martes 4 de noviembre de 2025 - 10:04

La amistad sigue siendo un refugio emocional, pero no siempre un antídoto contra la soledad. Así lo muestran los resultados de la Encuesta Bicentenario UC 2025, que revelan una paradoja social: las personas en Chile dicen tener más amigos que antes, pero también se sienten más solas.

El estudio —realizado a 1.611 personas mayores de 18 años en zonas urbanas— indica que el 43% de los encuestados tiene entre tres y cinco amigos, frente al 35% que decía lo mismo en 2023. Además, solo el 12% declara no tener amistades, una baja importante respecto al 19% registrado hace dos años.

Sin embargo, la sensación de soledad aumenta. El 35% dice sentirse solo algunas veces y un 10% la mayor parte del tiempo. En total, más del 40% de los chilenos reconoce haber sentido soledad en el último año, una cifra que preocupa por su impacto en el bienestar psicológico y social.

“La paradoja es clara: tener más amigos no necesariamente implica sentirse acompañado. En muchos casos, los vínculos son más superficiales o funcionales”, explica Héctor Carvacho, académico de Psicología UC y parte del equipo investigador.

AMISTADES QUE SE CULTIVAN CON TIEMPO Y SENTIDO

Desde la Universidad de Santiago de Chile, la psicóloga María Paz Gómez apunta que los resultados coinciden con lo que la evidencia ha mostrado sobre la amistad en la adultez: “Tener entre tres y cinco amistades cercanas es lo que se considera óptimo. Son vínculos que proveen apoyo emocional y sentido de pertenencia. Más allá de ese número, la calidad tiende a disminuir”.

Gómez destaca que en la adultez la amistad cambia de foco: “Hay una mayor búsqueda de sentido, reciprocidad y estabilidad emocional. Las exigencias del trabajo, la crianza o el poco tiempo libre llevan a priorizar vínculos significativos por sobre lo numeroso”.

Las distintas etapas vitales también marcan cómo se viven las relaciones. Durante la crianza, las amistades pueden girar en torno a los círculos escolares o parentales, mientras que en la jubilación se busca más compañía y apoyo emocional.

“En la adultez mayor, las amistades pueden ser un gran protector de la salud mental, sobre todo cuando desaparecen las rutinas laborales”, señala Gómez.

LA SOLEDAD JOVEN: VÍNCULOS MÁS FRÁGILES

Paradójicamente, la mayor sensación de soledad se concentra entre los jóvenes de 18 a 24 años, donde un 62% dice haberse sentido solo durante la última década. Para Carvacho, este fenómeno “parece responder más a la calidad de los vínculos que a su cantidad. Las redes sociales amplían los contactos, pero muchas veces no generan conexión emocional real”.

La académica María Paz Gómez coincide: “La amistad adulta suele ser más selectiva. Las personas priorizan aquellos vínculos que aportan bienestar y significado, más que lo numeroso o novedoso. Eso explica que, aunque los adultos tengan menos amigos, su satisfacción con las relaciones tiende a ser mayor”.

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