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Qué se debe hacer para superar los molestos calambres y cómo prevenirlos

Jairo Vanegas, magíster en Salud Pública y académico de la Universidad de Santiago, señaló que se trata de contracciones dolorosas, repentinas e involuntarias que generalmente son autolimitadas.

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  • Belén Muñoz B.

  • Martes 15 de julio de 2025 - 16:54

Despertarse a la mitad de la noche por un fuerte calambre, que puede durar de minutos a varias horas, es una sensación súper desagradable. El dolor puede variar de leve a intenso, y aunque generalmente desaparece por sí solo, si es muy intenso o recurrente, es recomendable consultar con un profesional de la salud.

Esta molesta sensación puede aparecer en diferentes partes del cuerpo, aunque es más habitual sufrirlos en los gemelos, los pies, los muslos y las manos o los dedos debido a que esas áreas son las que están más expuestas al esfuerzo, la carga de peso corporal o la fatiga postural, especialmente en posición prolongada o en actividad deportiva.

Jairo Vanegas, magíster en Salud Pública y académico de la Universidad de Santiago, señaló que los calambres musculares “son contracciones musculares dolorosas, repentinas e involuntarias que generalmente son autolimitadas”.

El profesional agregó que la edad también es un factor, ya que “los calambres en las piernas son bastante más comunes en el adulto mayor y no son inusuales en individuos sanos y atléticos. El mecanismo familiar hasta ahora no está muy claro, aunque popularmente sugieren que las ramas nerviosas y transmusculares se vuelven híper excitables por alguna razón”.

Vanegas señaló que “en el contexto clínico, los calambres pueden tener varios orígenes, como son los trastornos neuromusculares, enfermedades de la neurona motora que puede presentar un síntoma de este tipo, la irritación de las raíces nerviosas o la neuropatía periférica”.

El académico Usach reveló que “los médicos generales y los neurólogos se encuentran con frecuencia con pacientes con calambre muscular que acuden a la consulta por este síntoma”.

CAUSAS MÁS COMUNES

El especialista aseguró que existen diversas causas que te hacen tener una de estas molestas contracciones.

“La pérdida de sodio y agua, por ejemplo, en un episodio diarreico, el exceso de calor, que nos hace sudar mucho, y a las personas no se hidratan bien pueden sufrir la pérdida de ciertos electrolitos que puede conllevar a la presencia de estos calambres. El hipotiroidismo, la uremia, la hemodiálisis, el embarazo, las drogas pueden también producir síntomas relacionados con los calambres”, detalló.

Pero no son los únicos factores que podrían generar esos dolores tan intensos. El profesional indicó que los medicamentos, por ejemplo, para reducción de los triglicéridos o reducción del colesterol también podrían producir esas molestias.

“Por eso es importante que cuando los pacientes están ingiriendo ciertos tipos de medicamentos, éste debe ser realmente prescribido por un médico o bien también controlado o bajo supervisión médica”, comentó.

Sumado a todos esos factores, también existe uno que es muy común en el día a día: el que se sufre al momento de realizar un deporte. Es muy común ver a deportistas de alto nivel agarrarse el gemelo, u otra parte del cuerpo, tras una ardua actuación. Incluso al realizar actividad física de forma amateur uno puede terminar con sus manos en los gemelos, tobillos, muslos o pies al realizar fútbol, crossfit o pilates, entre otros.

Jairo Vanegas destacó que “en individuos sanos, por lo general, pueden aparecer estos calambres por el ejercicio exhaustivo, durante o después del ejercicio. El someterse a ciertos tipos de ejercicios o a ciertos grupos musculares, como lo que puede suceder para las personas que hacen ciertos tipos de actividad física para aumentar masa muscular, puede generar calambres. Además, el consumo de cafeína, la ansiedad, el estrés y deficiencias nutricionales como la falta de magnesio o de calcio también pueden ser otras causas”.

De esta manera, el entrenamiento excesivo sumado a una mala recuperación de la fibra muscular, además de una dieta o hidratación inadecuada son factores de riesgos que hay que tener en cuenta. A eso se suma un mal manejo del estrés, el consumo excesivo y de bebidas energéticas, además de un mal estilo de vida.

El especialista también se refirió a los molestos calambres nocturnos, donde comentó que “son idiopáticas, no se sabe cuáles son sus orígenes y que por lo general se hacen en las piernas”. A su vez, planteó que si son muy recurrentes se debe acudir a un médico.

¿QUÉ SE DEBE HACER?

Ante esta situación, son muchos los que actúan de forma incorrecta para aliviar el intenso dolor y los que no saben qué hacer, por lo cual el especialista explicó cómo podemos reducir el dolor rápido.

“El calambre es por sí mismo autolimitado, o sea, le da el calambre y se quita. Sin embargo, el paciente lo que puede hacer es ponerse en la punta de los pies. Si está haciendo deportes, se puede aconsejar al paciente dejar de hacer ejercicio y proceder a hacer elongaciones”, manifestó.

El académico Usach destacó que es “importante elongar el calambre. Si es por causa de deshidratación o porque el paciente realizó mucho ejercicio o es un adulto mayor con demasiada deshidratación por el calor, los electrolitos se bajan, entonces hay que restituirlo. Hay preparados de suero oral que se pueden conseguir en el mercado para la rehidratación y beber bastante líquido para evitar estos calambres por deshidratación”.

PREVENCIÓN

Desde clínica mayo indicaron que existen algunas medidas que podrían ayudar a prevenir los calambres:

1.- Bebe mucho líquido todos los días: Los músculos necesitan líquido para funcionar correctamente. Durante la actividad deportiva, bebe líquidos con regularidad. Sigue bebiendo agua u otros líquidos sin cafeína ni alcohol después del deporte.

2.- Estira los músculos: Antes y después de la actividad física, estira suavemente cada músculo durante un rato. Para evitar tener calambres en las piernas por la noche, haz estiramientos antes de acostarte. Hacer ejercicio ligero, como usar la bicicleta fija por unos minutos antes de acostarte, también puede ayudar a prevenir los calambres mientras duermes.

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