El sábado 5 de julio se conmemora el Día Internacional de las Cooperativas, instancia que la ONU estableció en 1992 y que se celebra a nivel global desde 1995. Además, la fecha coincide con la celebración del Año Internacional de las Cooperativas de las Naciones Unidas, instancia que busca resaltar su aporte en la creación de sociedades más justas y resilientes.
A nivel nacional, y según cifras que entregó el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, hasta enero del año 2021 se habían registrado 3.567 cooperativas vigentes y de ese total, 1.391 se mantenían como entidades vigentes-activas (39%) mientras que 2.176 aparecieron como vigentes-inactivas (61%).
¿Qué son las cooperativas y para que se establecen? Mario Radrigán, académico de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago (FAE), y Director del Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la misma casa de estudios superiores, señala que estos estamentos “son una asociación de personas que se reúnen bajo el principio de la participación y ayuda mutua para resolver problemas o necesidades que, como colectivo, han definido que les son comunes y urgentes”.
De esta manera, se entiende que este tipo de agrupaciones buscan dar solución a cualquier problemática que un conjunto de individuos pueda identificar como tal "sin mayores restricciones que las que pueda imponer algún cuerpo jurídico específico para una determinada actividad económica", sostiene el profesor.
El académico de la FAE explica que las cooperativas tienen “una modalidad de gobernanza democrática, lo que quiere decir que, a la hora de tomar decisiones, todas las personas valen lo mismo”. En la práctica, esto se grafica en que cada integrante en este tipo de sociedades vale un voto, independiente de cuánto capital haya aportado o de su antigüedad en el organismo.
Además, Radrigán indica que las cooperativas “se basan en el principio de la ayuda mutua buscando que todos sus socios se beneficien en partes iguales”.
Para explicarlo, el especialista expone el siguiente ejemplo: “si se constituye una cooperativa de la vivienda, la idea es que todos y todas las socias de ese organismo, incluso en periodos de tiempo diferidos, puedan obtener una casa o departamento sin que nadie sea excluido en la posibilidad de satisfacer esa necesidad”.
En Chile, este tipo de agrupaciones se establecen a través de un procedimiento simplificado que consiste en realizar una asamblea constitutiva (que tiene como objetivo aprobar los estatutos iniciales) y elegir la primera directica provisoria (que para estos casos se denominan consejos de administración).
Luego, se tiene que reducir esas determinaciones a una escritura pública por medio de una notaría, publicar un extracto de ese documento en el Diario Oficial e inscribirse en el registro de comercio. Así, el organismo podrá tener su personalidad jurídica y se informará su constitución a la División de Asociatividad y Cooperativas del Ministerio de Economía.
“Por regla general, para la constitución de las cooperativas se requiere de, a lo menos, cinco socios. Las excepciones rigen para los organismos destinadas al ahorro y crédito (que requieren de 50 personas) y las destinadas a la vivienda (que necesitan 200 participantes)", sostiene el académico.
Además, este tipo de asociaciones se pueden desarrollar en todo orden de actividades económicas y sociales a excepción de los bancos, AFPs y las empresas de seguro, entidades que solo pueden funcionar como sociedades anónimas.
CONSIDERACIONES AL MOMENTO DE PENSAR EN UNA COOPERATIVA
En conversación con Diario Usach, Mario Radrigrán aprovechó de dar algunas sugerencias para quienes estén pensado conformar una cooperativa dentro del territorio chileno:
1. “Un primer punto a considerar es la etapa preasociativa o precooperativa, que puede ser variable en el tiempo, y en donde el grupo promotor ocupa para su consolidación. Aquí, todos los participantes deben tener los mismos propósitos y manifestar un ánimo societario común para impulsar el emprendimiento. Por esto, este tipo de procesos no se da de un día para otro. Debe tener un tiempo de maduración”.
2. “Un segundo aspecto, empresarialmente hablando, tiene que ver con la existencia de una viabilidad económica y una sociabilidad organizacional. Esto significa que una cooperativa tiene que ser capaz de ser autónoma y de proyectarse en el tiempo demostrando una capacidad para poder cubrir sus gastos y satisfacer las necesidades de sus socios (las que pueden estar referidas a consumo, vivienda, transporte, salud, educación, agua potable, electricidad o cualquier otra que haya podido definir el grupo humano)”.
3. “Una tercera dimensión que se debe tener en cuenta es que los socios y socias promotoras de una cooperativa tienen que ser capaces de poner en común sus recursos y sus capacidades. Todos los integrantes tienen que ser capaces de trabajar colectivamente”.
4. “También se debe considerar las dimensiones educativas y autoformativas ya que ni en nuestro país, y varios otros más, no se enseña lo que es una cooperativa ni el desarrollo de las actividades colectivas.
El académico Usach afirma que "estamos muy centrados en el individualismo, en que cada persona ‘se salva sola’ y, por lo tanto, no existen prácticas para generar dinámicas de gobernanza que efectivamente sean participativas y solidarias".
Agrega que "las personas que ocupan cargos directivos deben tener habilidades para resolver distintos tipos de conflicto, trabajar en equipo y definir planes estratégicos sin la necesidad de imponerse por la fuerza o capacidad económica. Por lo mismo la dinámica societaria (también llamada gobernanza) no puede quedar en el aire ni improvisarse, porque, de lo contrario se generará un conflicto".
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