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“Un biombo separaba los dos mundos”: Hija de Carlos Ibáñez del Campo recordó cómo fue la vida del último presidente que vivió en La Moneda

Con recuerdos de juegos infantiles en pasillos históricos, Nieves Ibáñez Letelier entregó un testimonio poco conocido sobre lo que significó vivir en la Casa de Gobierno durante la década del cincuenta.

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  • Diario Usach

  • Jueves 18 de diciembre de 2025 - 09:45

Este miércoles, el presidente electo José Antonio Kast confirmó que residirá en el Palacio de La Moneda durante su gobierno, que se iniciará el próximo 11 de marzo. Según explicó, la decisión responde a una visión simbólica y práctica del principal edificio de Gobierno del país.

“Es la casa de todos los chilenos, vamos a ocupar un rinconcito, en donde tenemos nuestra vida personal y familiar”, sostuvo Kast tras el anuncio, marcando una señal de austeridad y cercanía con la sede del poder Ejecutivo.

De concretarse, la medida convertiría a Kast en el primer mandatario en más de seis décadas en vivir dentro del Palacio de La Moneda. El último jefe de Estado en hacerlo fue Carlos Ibáñez del Campo, quien gobernó entre 1952 y 1958, cuando el inmueble aún cumplía funciones residenciales de manera permanente.

En una entrevista con El Mercurio, Nieves Ibáñez Letelier, hija del expresidente Ibáñez del Campo, recordó cómo fue crecer al interior de la Casa de Gobierno. “Vivir en La Moneda fue una muy buena experiencia, aunque un poco expuesta, porque las ‘dependencias hogareñas’ estaban insertas dentro de la Casa de Gobierno, que además era bastante antigua”, relató.

La hija del exmandatario agregó que los espacios destinados a la vida familiar no eran completamente privados. “La parte donde vivíamos, aunque tenía acceso por Morandé 80, no era realmente privada. De hecho, en la galería a la que se llegaba desde el acceso y que daba a las dependencias (de la familia), había un ‘biombo’ para separar los dos mundos: las oficinas y el hogar”, explicó.

Pese a ello, Ibáñez Letelier aseguró guardar recuerdos entrañables de su infancia en el palacio. “Margarita, mi hermana mayor, aprendió a andar en triciclo recorriendo los pasillos y salones de La Moneda. La llamaban ‘la nieta de La Moneda’”, recordó.

Desde una mirada técnica, el arquitecto Rodolfo Jiménez, presidente del Colegio de Arquitectos y académico de la Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido de la Universidad de Santiago, abordó la viabilidad de que el presidente electo viva en el histórico edificio.

“Es viable en términos materiales e históricamente así fue, pero no es lo normal hoy. La Moneda fue concebida también como residencia presidencial desde 1846, sin embargo, dejó de usarse como vivienda permanente hace décadas”, señaló Jiménez en conversación con Diario Usach. Según explicó, actualmente el palacio funciona principalmente como sede de trabajo, con lógicas de seguridad, protocolo y circulación pensadas para oficinas y ceremonias, más que para la vida familiar cotidiana.

En esa línea, el académico precisó que “no es imposible vivir ahí, pero sí complejo”. Entre los aspectos a considerar, mencionó que residir en La Moneda puede eliminar traslados y simplificar ciertos dispositivos de seguridad, aunque también implica una mezcla total entre la vida privada y el edificio institucional.

“A esto se suma la presión patrimonial, ya que cualquier adaptación o mantención está condicionada por el Consejo de Monumentos Nacionales, además de la complejidad operativa en materia de servicios, seguridad y protocolos en un inmueble diseñado para funciones de Estado”, concluyó.

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