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Cánceres ginecológicos: Lo que debes saber sobre prevención, síntomas y tratamientos

Esta enfermedad se origina en los órganos reproductores femeninos. Actualmente, existen 6 tipos, cada uno con síntomas, factores de riesgo y formas de detección distintas. Conocerlos es clave para la prevención y el diagnóstico oportuno.

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  • Fabián Escobar

  • Viernes 5 de septiembre de 2025 - 10:05

Esta semana, la alcaldesa de La Pintana, Claudia Pizarro, confirmó públicamente que fue diagnosticada con cáncer ginecológico, un anuncio que generó gran repercusión en el ámbito político y social del país.

La jefa comunal, reconocida por su trabajo en una de las comunas con más carencias estructurales de Santiago, señaló que ya se encuentra en tratamiento y pidió a la ciudadanía estar atenta a los signos de alerta que pueden salvar vidas.

"Tengo una noticia que contarles, la diré ahora. Tengo cáncer. Es un cáncer ginecológico y lo mejor es enfrentarlo", partió diciendo Pizarro en la publicación, que tiene como objetivo "visibilizar estos temas, que nunca se conversan y, además, se estigmatizan".

"Una siempre como mujer tiene miedo y deja estas cosas -como ir al médico y hacerse controles- para el último. Y yo estoy acá para contarles, desde mi experiencia, que no lo dejen para el último", expresó la jefa comunal. "Ya no quería pagar (el tratamiento) porque había cosas tan importantes en la comuna, que quería estar. (Pero) afortunadamente, tienen alcaldesa para rato; tenemos muchos sueños que cumplir en la ciudad", afirmó.

El anuncio de la alcaldesa Claudia Pizarro puso en el centro de la conversación la necesidad de educación en salud, chequeos preventivos y acceso a la atención oportuna. Su experiencia personal podría servir como motor de cambio para visibilizar una realidad que afecta a miles de mujeres en el país.

De acuerdo a información entregada por la Fundación Arturo López Pérez (FALP), los cánceres ginecológicos se originan en los órganos reproductores femeninos. Actualmente, existen 6 tipos, cada uno con síntomas, factores de riesgo y formas de detección distintas.

Conocerlos es clave para la prevención y el diagnóstico oportuno, así como los controles periódicos y la mantención de hábitos de vida saludable.

CÁNCER CERVICOUTERINO

Es uno de los más frecuentes y en la mayoría de los casos está relacionado con la infección persistente por Virus del Papiloma Humano (VPH). De hecho, la mayoría de los cánceres cervicouterinos son producidos por las variantes 16 y 18 del VPH, el cual se transmite principalmente por contacto sexual.

En Chile, mueren 2 mujeres al  día por esta enfermedad, que en sus etapas iniciales no presenta síntomas claros, pero que -a medida que progresa- puede provocar sangrado inusual, flujo vaginal de mal olor, sangrado después de la menopausia, dolor o malestar durante las relaciones sexuales (etapa avanzada).

El cáncer cervicouterino es prevenible gracias a  la vacuna contra el  VPH -incluida en el Plan Nacional de Inmunización (PNI) para niñas y niños de 9 años- y a los controles periódicos para detectarlo precozmente.

Hoy en día una mujer puede y debe someterse al papanicolaou, cada tres años, desde los 24 años o a la prueba de VPH desde los 30 años, cada cinco años. Esto le asegurará la detección precoz tanto de la infección persistente por VPH  como también de lesiones precancerosas”, explica el Dr. José Miguel Bernucci, director de Prevención y Detección Precoz del Cáncer de Fundación Arturo López Pérez (FALP).

CÁNCER DE OVARIO

A nivel mundial, el cáncer de ovario ocupa el 10° lugar en incidencia y mortalidad entre todos los tipos de cáncer, según datos de Globocan 2022. El riesgo de desarrollar esta enfermedad aumenta en un 2% en mujeres menores de 50 años y en un 11% en mayores de 50.

Suele diagnosticarse en etapa avanzada porque los síntomas se confunden con los de otras enfermedades, específicamente digestivas. Por lo mismo, el principal problema radica en que diversos síntomas -como dolor y distensión (hinchazón) abdominal, meteorismo, dolor pélvico, sensación de saciedad precoz con las comidas y, menos frecuentemente, constipación (estitiquez), náuseas y vómitos, entre otros- pasan inadvertidos por años, hasta que al descartar todas las otras posibles patologías se llega al diagnóstico de este cáncer, muchas veces, cuando ya es tarde.

Los principales factores de riesgo son la menarquia precoz, la menopausia tardía y las mutaciones genéticas. El Dr. Clemente Arab, jefe de Ginecología Oncológica de FALP, comenta: “Tanto la pubertad precoz en las niñas como la llegada de la menopausia de manera tardía en las mujeres adultas, se asocian a este tipo de cáncer. La mayoría de los cánceres de ovario hereditarios se deben a mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2”.

CÁNCER DE ENDOMETRIO

Se origina en el revestimiento interno del útero, llamado endometrio. Es uno de los cánceres ginecológicos más comunes, especialmente en mujeres que ya han pasado por la menopausia. A diferencia de otros, suele diagnosticarse en etapas tempranas gracias a un síntoma de alerta muy claro: el sangrado anormal, que ocurre fuera de los periodos menstruales o después de la menopausia.

Entre sus factores de riesgo se encuentran la edad (en la mayoría de los casos ocurre en mujeres mayores de 50 años), la obesidad, ya que el exceso de grasa corporal aumenta los niveles de estrógeno y eso puede estimular el crecimiento del endometrio, las terapias hormonales y los antecedentes familiares.

CÁNCER DE TROMPAS DE FALOPIO

Es uno de los menos frecuentes dentro de los cánceres ginecológicos. Se origina en los conductos que conectan los ovarios con el útero, cuya función principal es transportar los óvulos. Debido a su rareza, durante mucho tiempo se confundió con el cáncer de ovario, ya que ambos comparten características muy similares.

No existe una prueba de detección rutinaria para este tipo de cáncer. Sin embargo, en mujeres con alto riesgo genético (por ejemplo, con mutaciones BRCA) se puede recomendar una cirugía preventiva que incluya la extirpación de trompas y ovarios. Los controles ginecológicos regulares y la consulta temprana frente a síntomas anormales son clave para mejorar las posibilidades de diagnóstico precoz.

CÁNCER DE VAGINA

Es poco habitual y se produce en el conducto que conecta el cuello uterino con la vulva (canal vaginal). Representa un porcentaje pequeño de los cánceres ginecológicos, pero su detección temprana es importante para un mejor pronóstico.

Los síntomas más frecuentes son el sangrado vaginal a destiempo, especialmente después de las relaciones sexuales o tras la menopausia, el flujo vaginal persistente (a veces con mal olor o con sangre), el dolor pélvico o durante las relaciones sexuales o la aparición de una masa en la vagina.

CÁNCER DE VULVA

El cáncer de vulva se origina en los genitales externos femeninos, principalmente en los labios mayores o menores. Aunque es poco frecuente, suele diagnosticarse en mujeres mayores de 60 años, muchas de ellas que han dejado de asistir a controles ginecológicos, lo que retrasa la detección temprana. También puede aparecer en mujeres más jóvenes asociadas a la infección por Virus del Papiloma Humano (VPH).

Los síntomas más frecuentes son la picazón persistente en la zona genital, el dolor, ardor o sensibilidad en la vulva, la aparición de un bulto, úlcera o lesión que no cicatriza, el sangrado o secreción inusual en la zona o los cambios en la piel de la vulva (color, grosor o presencia de manchas).

 

 

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