Aunque la lactancia materna es reconocida como el alimento ideal para el recién nacido, muchas madres viven los primeros días con angustia, dolor o confusión. ¿La razón? La creencia de que “amamantar es instintivo” o “algo natural” que se da sin dificultad. Para Jennifer Silva, matrona de Clínica Las Condes, ese es uno de los grandes mitos que pueden jugar en contra.
“No es como en los documentales de naturaleza. La lactancia en humanos necesita preparación, información y acompañamiento. No siempre fluye sola y eso no significa que una madre esté fallando”, advierte la especialista, quien ha acompañado a cientos de mujeres en sus primeras etapas de lactancia, proceso que por estos días conmemora su semana mundial.
Dolor intenso, grietas, dudas sobre la técnica o la cantidad de leche, presión social o exceso de opiniones no solicitadas pueden afectar profundamente la experiencia, especialmente en madres primerizas o en aquellas que no reciben orientación temprana. Por eso, Jennifer Silva enfatiza la importancia de preparar este proceso desde el embarazo.
ALGUNOS CONSEJOS
Favorecer el parto natural: la oxitocina es la encargada de producir las contracciones uterinas y también participa en la lactancia. “No es determinante, y no significa que si una mamá tiene una cesárea no va a poder amamantar, pero sí la favorece”, aclara la matrona.
Contacto piel con piel al momento de nacer: la primera hora después de nacer es cuando la guagua está más activa y alerta, por lo que es importante iniciar la lactancia dentro de esa hora.
Libre demanda: alimentar a la guagua cada vez que solicite o muestre señales de hambre, sin restricciones de horarios ni duración, favorece enormemente la producción y el establecimiento de la lactancia durante el primer mes. “Es importante no dejar pasar más de 4 horas entre tomas, especialmente al principio, incluso si duerme por períodos prolongados es recomendable despertarlo”, enfatiza Silva.
Alojamiento conjunto: que la madre esté con su hijo el mayor tiempo posible es fundamental para facilitar la lactancia, ya que permite que la madre conozca mejor las señales de su recién nacido. Las guaguas suelen tener un ritmo invertido en sus primeros días: duermen durante el día y están más activos por la noche. “Mantenerlos en la misma habitación favorece las tomas nocturnas, justamente cuando se produce mayor cantidad de prolactina, la hormona responsable de la producción de leche”, agrega la especialista.
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