Click acá para ir directamente al contenido

Actualidad

De la moda rápida a la circular: Chile impulsa nuevo plan para reducir los desechos textiles

La iniciativa del Ministerio del Medio Ambiente busca disminuir el impacto de la industria textil, incentivar la reutilización y fortalecer el reciclaje en un sector responsable de toneladas de residuos cada año.

  • Comparte
  • Disminuir tamaño de letra
  • Aumentar tamaño de letra
  • Felipe Correa

  • Jueves 2 de octubre de 2025 - 17:26

En Chile se desechan 572 mil toneladas al año ropa y textiles, lo que representa cerca del 7% de los residuos sólidos urbanos per cápita, gran parte de ellos terminando en vertederos ilegales o en el desierto de Atacama, donde se han formado verdaderos “cementerios de ropa usada” que han dado la vuelta al mundo como un símbolo del consumo desmedido y sus consecuencias.

Frente a este escenario, el Ministerio del Medio Ambiente la Estrategia Nacional de Economía Circular para Textiles al 2040, un instrumento que busca transformar la forma en que diseñamos, producimos, consumimos y gestionamos los textiles en nuestro país.

El documento, que se enmarca en la Hoja de Ruta para un Chile Circular al 2040, establece cuatro metas: disminuir el sobreconsumo de productos textiles, impulsar el desarrollo de oficios y empleos formales vinculados a la economía circular, aumentar la valorización de los residuos y prevenir y erradicar los vertederos ilegales. Para alcanzarlas, se definieron 18 iniciativas y 47 acciones concretas, distribuidas en torno a los ejes de Cultura Circular, Territorios Circulares, Regulación Circular e Innovación Circular.

El ministro de Medio Ambiente (s) Maximiliano Proaño declaró que “esta estrategia es una invitación a dejar atrás la lógica de ‘usar y botar’ y avanzar hacia un modelo en que los materiales se aprovechen el mayor tiempo posible, reduciendo impactos ambientales y generando nuevas oportunidades para las personas”.

¿POR QUÉ NECESITAMOS UNA ECONOMÍA CIRCULAR DE ROPA EN CHILE?

Una economía circular es un modelo de producción que maximiza los recursos y minimiza la generación de residuos. La urgencia de contar una economía circular de la ropa se ve evidenciada en que Chile posee el vertedero de ropa más grande del mundo en el Desierto de Atacama. Lorena Ramírez, jefa del Laboratorio de Investigación y Control de Calidad de Textiles y Cueros (LICTEX) de la Universidad de Santiago, habla sobre la manera en que estos materiales contaminan el ambiente durante su ciclo de vida.

“Toda la industria textil en sí contamina de diferente manera, desde que se fabrica, se produce, se procesan las materias hasta obtener las prendas. En estos procesos se produce contaminación del agua, de la vida marina, emisiones de gases, generación de grandes cantidades de desechos, entre otros, la mayor diferencia radica en el post consumo ya que al desechar las prendas sintéticas permanecerán en el planeta por lo menos 200 años ya que no son biodegradables”, comentó la experta.

Otro dato que caracteriza la forma en que los chilenos y chilenas consumen la ropa es que según un estudio ICEX el 2015 se compraban en promedio 13 prendas nuevas anuales y 50 en 2020. En estos datos se ve la importancia de un consumo responsable de ropa, evitando el sobreconsumo de esta.

Con respecto a la diferencia entre estas actitudes Lorena Ramírez comenta que “Un consumo razonable es consciente, reflexivo, donde hay una necesidad real, por lo tanto la intención de compra seguramente será porque se necesita reemplazar o tener algo que no se tiene, en cambio el sobreconsumo suele ser una compra impulsiva, con frecuencia por lo tanto también acumulativa, sin preocupación, probablemente para satisfacer un deseo momentáneo”.

Sobre la cantidad de ropa que entra al país, la ONU reportó que en 2021 Chile fue el cuarto importador de ropa usada en el mundo y el primero en latinoamérica. En 2022 el Banco Central reportó que se importaron 131.574 toneladas de ropa usada.

La estrategia busca fomentar la economía circular en un rubro altamente contaminante, incentivando que las empresas fabriquen prendas con mayor durabilidad, promuevan sistemas de reutilización y reciclaje, y disminuyan el uso de materiales tóxicos o de difícil tratamiento. Además, se contempla la creación de incentivos para la reparación de ropa, la generación de puntos de recolección y el fortalecimiento de la industria de segunda mano.

Te puede interesar