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Dieta mediterránea: La famosa metodología alimenticia que puede disminuir la aparición de enfermedades crónicas

Daniela González, nutricionista y académica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach, explica los beneficios de un sistema basado en el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Además, indica que el vino está permitido, “pero con moderación”.

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  • Raúl Gutiérrez Velásquez

  • Martes 11 de noviembre de 2025 - 12:58

Si usted está pensando en bajar de peso, o si ya está realizando alguna acción para lograr ese objetivo, seguramente ya sabe o tiene noción de la llamada dieta mediterránea. Hablamos de una metodología cada vez más popular y que está caracterizada por el consumo abundante de vegetales, frutas, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva. Además, considera la ingesta moderada de pescado, aves, huevos, lácteos (principalmente yogurt y queso), y baja de carnes rojas, azúcares y alimentos ultraprocesados.

En términos históricos, diversas publicaciones señalan que su nombre surgió en las cocinas de los países ribereños del Mar Mediterráneo (en los tiempos de la Antigua Grecia) y que comenzó a masificarse desde la década de los años 50 gracias a la publicación del Estudio de los Siete Países (una investigación que el fisiólogo norteamericano Ancel Keys inició en 1956 y, a través del cual, señaló la relación entre la dieta, las enfermedades cardiovasculares y el estilo de vida habitantes de Estados Unidos, Países Bajos, Finlandia, Italia, Grecia, Japón y la exYugoslavia).

LOS BENEFICIOS DE LA DIETA MEDITERRÁNEA

¿En qué radica la fama que hoy tiene la dieta mediterránea? En conversación con Diario Usach, Daniela González, nutricionista y académica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, sostiene que “existe mucha evidencia que demuestra que esta metodología sirve para la reducción de enfermedades crónicas. Su práctica disminuye el riesgo de dolencias cardiovasculares, de la diabetes tipo 2, la obesidad, el síndrome metabólico, algunos tipos de cáncer y el deterioro cognitivo”.

A lo anterior, la especialista suma buenos efectos antioxidantes y antiinflamatorios, gracias a la capacidad que tiene la dieta mediterránea para mejorar el perfil lipídico, regular la glucosa, la protección vascular y favorecer la microbiota intestinal.

“Podemos decir que esto va más allá de un patrón de alimentación. Es más bien un estilo de vida que combina alimentos saludables, prácticas culinarias tradicionales y valores culinarios”, sostiene González.

EL VINO ¿ESTÁ PERMITIDO? 

Aunque los alcoholes están excluidos en varias dietas, en el caso de la mediterránea están permitidos, pero con matices. “El consumo moderado de vino, especialmente tinto durante las comidas, es una de las características de este tipo de metodología”, explica la académica de la Universidad de Santiago.

En esta línea, González indica que “por lo general se habla de dos copas en el caso de los hombres y de una en lo que respecta a las mujeres, siempre en compañía de alimentos y evitando la ingesta excesiva o fuera de los horarios establecidos para la alimentación”, subraya.

Y ojo, el vino es la única bebida alcohólica asociada a la dieta mediterránea, ya que la cerveza (y otros licores) no se recomiendan. Incluso, la experta indica que, pese a la existencia de investigaciones que han asociado el consumo moderado de vino a beneficios cardiovasculares y baja mortalidad, hoy se sabe que el alcohol (incluso en cantidades bajas) aumenta el riesgo de algunos cánceres y otros problemas de salud

Es necesario mencionar es que aquí lo importante es la moderación y no los consumos compulsivos, así que perfectamente se puede llevar una dieta mediterránea sin vino”, concluye Daniela González.

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