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Entrenamiento en invierno: Cómo elegir la ropa adecuada para evitar enfermedades y lesiones

Aunque las bajas temperaturas dificultan la práctica deportiva, especialistas recomiendan mantenerse activo durante esta estación. Vestirse por capas, evitar el algodón y elegir un calzado correcto son aspectos claves.

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  • Fabián Escobar

  • Martes 15 de julio de 2025 - 10:01

El mes de Julio trajo consigo un invierno inusual en gran parte del país. Mientras algunas regiones enfrentan heladas matinales con mínimas cercanas a los 0 °C o incluso bajo cero, otras han experimentado temperaturas máximas por sobre los 20 °C, configurando un escenario marcado por contrastes térmicos extremos.

A este fenómeno se suma la baja frecuencia de lluvias en la zona central, lo que ha contribuido a un ambiente seco y poco habitual para la temporada.

En este contexto, las condiciones meteorológicas pueden afectar directamente la motivación y las posibilidades de realizar actividad física. La falta de lluvia en algunas zonas puede facilitar el entrenamiento al aire libre, pero el frío intenso y la contaminación —que suele incrementarse en días secos y con poca ventilación— representan desafíos importantes para quienes buscan mantenerse activos durante la temporada invernal.

A pesar de lo difícil que es iniciar una actividad física en épocas frías, realizarlo es fundamental para la salud. Una investigación realizada por la Universidad de Harvard concluyó que mantenerse físicamente activo en invierno puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades respiratorias, siempre y cuando se tomen las precauciones adecuadas. Además, la actividad física sostenida ayuda a combatir la fatiga estacional y mejora el estado de ánimo, al estimular la liberación de endorfinas.

EQUIPAMIENTO ADECUADO

Contar con el equipamiento adecuado es esencial para enfrentar las bajas temperaturas sin renunciar al movimiento. Esto no solo mejora la experiencia al entrenar, sino que también previene lesiones y malestares provocados por el frío, como contracturas o resfríos. Desde guantes y capas térmicas hasta un buen calzado, cada elemento cumple un rol clave a la hora de entrenar de forma segura durante los meses más fríos.

“Se recomienda vestirse con capas para hacer deporte, dos capas es bastante ideal, pero depende de la actividad física a realizar, el lugar y el tiempo destinado”, comentó Lorena Ramírez, jefa de Laboratorio de Investigación y Control de Calidad de Cueros y Textiles  (LICTEX) de la Universidad de Santiago.

Según la especialista, para un deporte al aire libre es bueno utilizar una polera Dry Fit con un corta viento, que puede tener un forro de malla que se pueda retirar cuando el cuerpo ya logra cierta temperatura, además de un pantalón muy delgado.

La recomendación es buscar telas respirables, con capacidad de absorber y evaporar la humedad de manera rápida, si es posible con alguna característica como antibacterial… Es importante recordar que el algodón no es una fibra recomendada para hacer deporte, ya que absorbe demasiada humedad y no es capaz de liberarla”, comentó la profesional a Diario Usach.

Para Lorena Ramírez, las personas que recién comienzan a practicar deporte en invierno pueden cometer el error de sobre abrigarse, por lo que es fundamental conocer su cuerpo para entender cuál es su capacidad corporal y lo que necesita para estar cómodo.

“En general cuando observamos personas haciendo deporte vemos que la mayoría solo llevan una o dos capas muy livianas”, aseguró.

ELEGIR UN BUEN CALZADO

Otro aspecto importante son las zapatillas, ya que el calzado cumple un rol fundamental en el deporte. Un calzado inapropiado no solo compromete el rendimiento, sino que también puede aumentar el riesgo de torceduras, caídas o sobrecargas musculares.

Para entrenamientos funcionales —que combinan ejercicios de fuerza, velocidad, equilibrio y movilidad— lo ideal es elegir zapatillas con buena estabilidad, agarre y libertad de movimiento. No es lo mismo calzarse para correr que para realizar sentadillas, burpees o desplazamientos laterales.

Las marcas especializadas en deporte ofrecen modelos adaptados a estas exigencias. New Balance, Nike o Reebok, por ejemplo, cuentan con zapatillas diseñadas específicamente para entrenamiento funcional, con base firme, tracción multidireccional y soporte para cambios de ritmo.

La clave está en probar distintos modelos y elegir el que mejor se adapte al tipo de pisada, a los objetivos de entrenamiento y al espacio donde se realiza la rutina.

Un aspecto importante a considerar es la suela. Las zapatillas planas o de perfil bajo mejoran la conexión con el suelo, lo que permite una postura más estable y segura al momento de levantar peso o realizar movimientos explosivos.

También se recomienda optar por modelos con buena flexibilidad en la parte delantera, para permitir una movilidad natural durante los ejercicios más dinámicos.

El ajuste también importa. Un calzado demasiado suelto o demasiado rígido puede causar fricción, generar ampollas o interferir en la técnica.

Por eso, además de comodidad, es importante que las zapatillas ofrezcan un buen soporte sin puntos de presión. La transpirabilidad también suma puntos: un pie seco es un pie más seguro durante el entrenamiento.

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