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Investigación

Tras exigencias a influencers en China: ¿Cuál es el límite entre regular la desinformación y proteger la libertad de expresión?

El gigante asiático busca regular la información que circula en temas de particular importancia, como salud o finanzas, lo que ha generado debate tanto dentro como fuera del país. Juan Francisco Ugarte, publicista y académico de la Usach, señala que “en general se advierte un movimiento drástico y polarizador, aunque tiene sus pro y contra, dependiendo el contexto”.

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  • Gabriela Aravena

  • Viernes 7 de noviembre de 2025 - 08:35

“Van a decir que estoy loca de todas formas. Pero entren a TikTok. Véalo cada quien por sí mismo”. Con esta frase la empresaria y socialité, Kim Kardashian, defendía su postura sobre el por qué, para ella, el aterrizaje en la Luna de 1969 fue falso.

Todo comenzó dentro de un reciente episodio de The Kardashians. En donde Kim expresó sus dudas sobre el alunizaje con su compañera de reparto, Sarah Paulson, durante una pausa del rodaje de All’s Fair. La estrella de realities detalló en el capítulo que había compartido con la actriz numerosos artículos sobre declaraciones de los astronautas Buzz Aldrin y Neil Armstrong.

Kim fue enumerando distintos argumentos que la habrían convencido de la teoría conspirativa, la cual se ha popularizado a lo largo del tiempo. Siendo el auge de internet y redes sociales uno de los mayores detonantes de éste.

Sus declaraciones causaron tal revuelo que desde la misma Nasa salieron a desmentir su postura. Sean Duffy, administrador de la agencia espacial estadounidense, se pronunció en X para desmentir a Kim Kardashian. "Sí, hemos estado en la Luna antes... ¡seis veces!", escribió.

CHINA Y EL INTENTO DE REGULAR LAS REDES SOCIALES

Un par de semanas antes de las polémicas declaraciones de la popular influencer estadounidense, la Administración del Ciberespacio de China (CAC) impulsó una medida que obliga a los influencers y/o streamers a acreditar sus conocimientos (mostrando públicamente sus certificados profesionales) sobre una temática en particular para poder hablar de ella en plataformas digitales.

El objetivo principal de las autoridades del gigante asiático es combatir la desinformación que se genera a partir de las redes sociales por los llamados “expertos digitales”, que reparten consejos y conocimientos sin preparación formal en ámbitos de extrema sensibilidad como la salud, economía, educación, leyes, etc. 

La responsabilidad de asumir este nuevo rol de vigilancia será de las principales plataformas digitales chinas. Entre las que destacan Douyin (la versión local de TikTok), Bilibili y Weibo.

Estas empresas tecnológicas tendrán que comprobar las credenciales de los creadores, asegurarse de que sus publicaciones contengan fuentes verificables y aclarar si el contenido proviene de estudios, informes, inteligencia artificial o simples opiniones personales.

Consultado por esta medida, Juan Francisco Ugarte, publicista y académico de la Usach, señala que “en general se advierte un movimiento drástico y polarizador, aunque tiene sus pro y contra, dependiendo el contexto”.

Entre los pros, el experto destaca a Diario Usach que “una medida como esta busca profesionalizar la información aumentando los parámetros de credibilidad en medios digitales, "protegiendo" de cierta manera a los usuarios de los "expertos falsos" (como la situación que se vivió con Kim Kardashian) e incentivando a las plataformas digitales a asumir una cierta responsabilidad activa en la moderación de contenido”.

Sin embargo, esta medida tomada por el gobierno chino es, al menos, controversial y vuelve a poner en debate el límite entre la desinformación y la coacción de la libertad de expresión.

Es sobre esta materia en donde Ugarte hace hincapié al referirse a los contras de la medida: “Se puede notar que una decisión como esta representa una forma de censura tecnocrática o "filtro ideológico". En un país con estricto control mediático como lo es China, esto puede utilizarse para silenciar voces críticas o perspectivas que no se alinean con la narrativa oficial”. 

“Por otra parte, puede ser una medida que silencie opiniones y vivencias personales, por ejemplo una persona que ha superado una enfermedad compleja puede ofrecer una perspectiva valiosa sin un título de medicina”, señala el académico.

¿SE PUEDEN REGULAR LAS REDES A NIVEL MUNDIAL?

Tras el actuar de la CAC, es imposible no pensar en si esta medida podrá ser aplicada a todas las personas usuarias de redes sociales en el planeta.

Para el publicista Usach, la respuesta a esta interrogante es categórica. “No, no es posible regular las redes sociales a nivel mundial con una única ley o entidad, sobre todo si pensamos en la soberanía nacional y diferencias culturales: Cada país tiene su propia legislación, Constitución (especialmente en lo referente a la libertad de expresión), estándares culturales y sistemas políticos. Lo que es considerado desinformación o discurso de odio en un país (como las restricciones de China) es considerado una libertad fundamental en otro (como en Chile)”.

¿CÓMO SE COMBATE LA DESINFORMACIÓN?

Ugarte destaca que en la mayoría de las democracias occidentales “trazan la línea cuando la información falsa constituye incitación a la violencia, difamación ilegal, fraude o un riesgo real e inminente para la salud o la seguridad pública”. 

Volviendo al caso de Kardashian, el experto ejemplifica que “‘el alunizaje es falso’ no es desinformación dañina (aunque sea sumamente errónea), pero un consejo financiero que lleva a la gente a perder sus ahorros o caer en la ilegalidad sí lo es”. 

“El riesgo de la regulación es que el Estado utilice la lucha contra la desinformación como pretexto para limitar la crítica política o la información incómoda, cruzando la línea hacia la censura”, finaliza.

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