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Jugar en la infancia: Expertos se refieren a los beneficios de la entretención y la regulación en el uso de pantallas

Instituciones como la Unicef y la Superintendencia de Educación destacan el beneficio que las actividades lúdicas otorgan a los niños y niñas. ¿Eso se puede afectar por el creciente uso de celulares y tablets al interior de los hogares?. De eso conversamos con el académico de la Usach, Rodrigo Rojas, y con el experto en televisión, Valerio Fuenzalida.

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  • Raul Gutiérrez Velásquez

  • Miércoles 6 de agosto de 2025 - 08:31

Un artículo publicado en la web de Unicef sobre la educación preescolar sostiene que “el juego constituye una de las formas más importantes en que los niños pequeños obtienen conocimientos y competencias esenciales”. 

A su vez, en el sitio de la Superintendencia de Educación se sostiene que “el juego le permite a niños y niñas, imaginar, explorar, representar distintas situaciones y así conocer y descubrir sus habilidades, expresando emociones y mostrando su forma de ver el mundo”. Con esto, se entiende que, durante los primeros años de vida, las actividades lúdicas permiten experimentación y generación del aprendizaje.

En síntesis, está comprobada la importancia que tienen las actividades lúdicas para el desarrollo intelectual de las y los más pequeñas, más aún en una sociedad que está llena de estímulos visuales. 

Pero ¿qué pasa cuando esto se ve disminuido por el creciente uso de las pantallas al interior de los hogares? La pregunta no es menor si consideramos que en 2022 la Sociedad Nacional de Pediatría estableció que los niños y las niñas de Chile pasaban entre 5,3 y 6,1 horas frente a las pantallas, lo que equivale a más de un tercio del tiempo en que ellos permanecen despiertos.

Se trata de cifras que resultan categóricas y que representan una situación real en varios países del mundo y que responde a la realidad de la vida moderna, en donde muchos padres han decido confiar en un celular o en una tablet para la entretención de sus hijos. 

¿Esto es perjudicial? “Eso depende del tiempo efectivo que se le dedique al uso de pantallas” sostiene a Diario Usach, Rodrigo Rojas, psicólogo y académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile.

Sin demonizar a la tecnología, el profesional explica que, en estos tipos, la idea “no es desconectar completamente a los pequeños del mundo digital, sino más bien, regular el uso excesivo de tablets o celulares a edades tempranas, ya que eso lo que realmente perjudica”.

Rojas señala que, en lo que respecta a las recomendaciones del tiempo de uso, lo ideal es que los niños de entre 0 y 2 años de edad  ojalá tengan una cercanía nula o casi nula a las pantallas (lo que corresponde a menos de una hora). Entre 2 y 5 años, ese plazo se puede extender a máximo una hora. Y entre 6 y 10 años, a menos de dos horas fuera del contexto escolar

EL BUEN USO QUE SE LE PUEDE DAR A LAS PANTALLAS

Ahora, no todo uso de pantallas se debe ver como algo negativo. Así lo sostiene Valerio Fuenzalida, académico de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile y con estudios de especialización en televisión pública, educación y neurociencia. 

En conversación con Diario Usach, Fuenzalida sostiene que muchos de los  programas de TV que están dirigidos al segmento infantil entregan contenidos que pueden fortalecer los aprendizajes y sus vínculos con la sociedad.

“Desde el año 2005 me he dedicado a trabajar en el visionado de los programas infantiles y he descubierto que en esas producciones la presencia de elementos educativos que no están relacionados con el aula escolar, sino que tienen mucho más que ver con elementos de la neurociencia”, afirma y luego expresa que dichos aspectos apuntan a “aprendizajes socioemocionales, la autoestima, la autovaloración y la resiliencia para enfrentar los problemas y los obstáculos de la vida. Ejemplos de aquello son espacios como “Las Pistas de Blue” y “Bob Esponja”.

El académico de la UC manifiesta que en el área de las orientaciones que entrega el Ministerio de Educación, lo socioemocional solamente está mencionado para la educación parvularia  y que, después, ese campo desaparece. “Ahí la televisión tiene un espacio que es muy interesante para trabajar. La ficción narrativa en cuentos orales en espacios televisivos son un aporte a lo lúdico ya que esto no se resume solamente al juego con las manos o en la construcción de objetos”, afirma.

Para el especialista, “el Consejo Nacional de Televisión (CNTV), con sus fondos para la producción, debería impulsar la generación de programas infantiles y la creación de un repositorio para que los programas pudieran ser descargados y exhibidos en el aula escolar para los cursos de primero, segundo y tercero básico. A esa edad, los niños todavía tienen una afición muy grande por lo lúdico en las pantallas”, subraya.

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO INFANTIL

Volviendo a los juegos, el psicólogo Rodrigo Rojas recalca la postura de la Unicef que dice que la entretención didáctica, y al aire libre, es una herramienta esencial para el desarrollo saludable de los niños y niñas, especialmente entre los 0 y los diez años.

“Cuando un niño juega, no solo se divierte. También explora el mundo, aprende, se relaciona con otros y construye habilidades fundamentales para su vida futura”, destaca y expresa que, a través de los distintos tipos de juegos, “los menores pueden desarrollar su lenguaje, fortalecen su motricidad, estimulan su creatividad y aprenden a conocer y regular sus emociones”. 

El académico Usach manifiesta que “mediante el juego simbólico y en grupo, los menores logran desarrollan habilidades sociales como la empatía, la cooperación y la resolución de conflictos”.

Y es este punto es donde Rodrigo Rojas pone una alerta al señalar que “muchos niños y niñas están reemplazando ese espacio fundamental y esencial por un consumo excesivo de celulares, televisores, tablets o computadores. Y es esa tendencia, que muchas veces se da por falta de tiempo o como respuesta al ritmo acelerado de la vida actual, puede traer consecuencias negativas a corto y largo plazo”.

En ese sentido, el profesional del ámbito de la salud mental recuerda la existencia de varios estudios que “han demostrado que la sobreexposición a pantallas durante la edad temprana se asocia a dificultades en el desarrollo del lenguaje, problemas de atención, alteraciones de sueño, aumento de sedentarismo y una menor capacidad de regularse emocionalmente”.

Para Rojas es esencial darse el tiempo, la disposición, el espacio y, sobre todo, la presencia para estar con los infantes durante sus primeros años de vida. “Hay que estar con los niños ahí, jugar con ellos, permitirles explorar, inventar historias, construir, correr, imaginar, relacionarse con otros pequeños”, manifiesta y expresa que cada una de esas acciones contribuye al bienestar.

Por lo mismo, el establecer límites claros para el uso de pantallas, aumentar la supervisión parental, propiciar el juego libre y propiciar los entornos que estimulen la curiosidad y la interacción social resulta fundamental para potenciar la creatividad.

Proteger el juego es, de alguna forma, proteger la infancia. Y cuando hacemos eso, estamos invirtiendo en una sociedad más sana, más creativa y más empática para el futuro”, manifiesta Rodrigo Rojas.

RECOMENDACIONES

Para un correcto bienestar infantil, Rodrigo Rojas explica que “en edades tempranas, la evidencia sugiere la priorización de juegos que incluyan la exploración sensorial, la interacción directa y el movimiento (ya sea en la casa o en el colegio)”. 

A su vez, señala que dichas acciones lúdicas deben ser simples y sin estructuras rígidas ya que esto promueve la creatividad, la curiosidad y la interacción social.

“Por ejemplo, el pasarle una caja a los niños menores de cinco años para que se imagen que es un castillo, una tienda o una nave especial es muy bueno”, concluye el especialista.

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