Viernes por la tarde y el sol cae en la región Metropolitana. Un momento preciso para que decenas de personas que transitan por Santiago después del trabajo elijan el restaurante o bar de turno para capear el calor, especialmente en el sector de avenida Santa Rosa. Parece una jornada normal para un día de primavera, salvo por un detalle: un grupo de personas que ocupa parte del espacio público para bailar cueca.
Es difícil quedar indiferente ante la música y la habilidad de los bailarines y bailarinas que se reúnen todos los viernes a mover pañuelos en la vía pública. No importa si bailas bien o mal, si tienes mucho o poca técnica; el único requisito es bailar cueca y mantener sus sones vivos durante todo el año, porque lo evidente es que para este grupo de personas el “baile nacional” no solo se practica en septiembre.
Se trata del colectivo Social Cuequero Santiago, grupo de hombres y mujeres, de todas las edades, que se reúnen a bailar y mostrar su pasión por la cueca brava, y de paso incentivar a quienes transitan por el lugar.
“Nuestro objetivo es que la gente se sume, que la gente aprenda, que la gente sepa que la cueca está ahí presente todo el año”, comenta a Diario Usach Gabriela Tapia, una de las fundadoras del movimiento cuequero, que partió en el año 2021 como una forma de abrir un espacio al aire libre en medio de las restricciones de la pandemia del Covid-19.
APORTE A LA CULTURA
De acuerdo al relato de Gabriela, hace tres años contactó a una amiga y ambas decidieron sacar un parlante a la calle y comenzar a bailar cueca. Al principio se sumaron un par de pareja a la pista, ante la mirada indiferente de los vecinos y vecinas de entonces. La realidad en diciembre de 2024 es muy distinta: los grupos cantan en vivo y las parejas se cuentan por docenas.
Con el paso del tiempo lograron permiso municipal para inslarse también en el sector del Paseo Bulnes y reconocimiento de las autoridades por su aporte a la cultura, en momentos donde los espacios destinados a la cueca no abundan, menos de forma gratuita.
“A la mayoría de las personas le gusta y se quedan mirando los bailes. Si lo hablamos en un porcentaje, del 100% de personas que pasan a un 70% le gusta y con el pasar de los minutos comienza a mover los pies. Si esa persona lleva cinco minutos mirando, sabemos que hay que acercarse e invitarla a bailar”, comenta Gabriela, quien asegura que la clave está en dejar la vergüenza de lado y mostrar en la pista el buen zapateo.
Sobre todo porque la gran mayoría de chilenos y chilenas son poco hábiles con el baile tradicional patrio. Según un estudio de la Universidad Central el 36% de los chilenos y chilenas asegura que “no sabe bailar cueca”. Además, sólo un 27.7% de la muestra declara que baila bien la danza tradicional de Chile. Cifras que influyen mucho a la hora de animarse a sacar el pañuelo y bailar.
Gabriela aprovecha y profundiza sobre la cueca brava, al señalar que "no es distinta a la tradicional, es exactamente lo mismo que te enseñaron en el colegio. La misma vuelta redonda, o el ocho, las medias lunas, los cambios de lado, escobillado, cambio de lado, zapateo y final. Exactamente lo mismo, pero va con todo tu swing, por decirlo de alguna manera. Tú le pones toda la cachaña que le quieras poner, mientras cumplas el tiempo de la cueca. En la media luna, tú puedes hacer el paso de avance normal, puedes hacer uno cruzado, lo puedes caminar, lo puedes hacer de lado, pero siempre va a ser los tiempos que corresponden”.
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