El pingüino de Humboldt, una de las especies más emblemáticas del litoral chileno, fue reclasificado oficialmente de “vulnerable” a “en peligro”, según el más reciente informe técnico-científico del Ministerio del Medio Ambiente (MMA). El documento, aprobado por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático, evidencia una fuerte disminución de sus poblaciones y advierte que las causas de su declive aún persisten.
La ficha técnica del 20° Proceso de Clasificación de Especies Silvestres indica que, en los últimos 51 años —equivalentes a tres generaciones—, el número de pingüinos de Humboldt ha caído entre un 50% y un 80%. Entre las principales amenazas se encuentran la pesca de enmalle, la sobreexplotación de sus presas naturales (sardinas y anchovetas) y fenómenos climáticos extremos que afectan la disponibilidad de alimento.
“Esta nueva clasificación del pingüino de Humboldt es una señal de alerta que debemos tomar en serio. Esta especie, tan querida por los chilenos, refleja los impactos del cambio climático y la presión sobre nuestros ecosistemas marinos. Protegerla es proteger el futuro de nuestro país costero”, afirmó la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas.
El investigador del Instituto One Health de la Universidad Andrés Bello y especialista en pingüinos, Alejandro Simeone, participó en la recolección de datos para el MMA a través del proyecto UNAB-SPHENISCO, que consolidó décadas de información sobre la especie.
Según Simeone, la nueva categoría de amenaza responde a “la drástica y rápida disminución poblacional que sufrió la especie” y a un conjunto de factores interrelacionados. A las presiones pesqueras se sumaron el brote de influenza aviar en 2023, que causó la muerte de un número desconocido de ejemplares, y el evento meteorológico El Niño en 2024, que redujo drásticamente la disponibilidad de alimento e impidió la reproducción de las colonias.
Pese al complejo panorama, el experto considera que la recuperación es posible, aunque “no será rápida”.
“Hay que tomar en cuenta la biología del pingüino de Humboldt, que se reproduce recién a los cuatro o cinco años. La recuperación podría tomar bastante tiempo y solo ocurrirá si se controlan las amenazas marinas que hoy lo afectan”, señala Simeone.
UN IMPACTO ECOLÓGICO Y CULTURAL
El eventual colapso del pingüino de Humboldt tendría consecuencias ecológicas significativas. Al ser un depredador marino, su desaparición alteraría las tramas tróficas de los ecosistemas costeros. Pero el impacto no sería solo ambiental: también afectaría la economía local y el turismo, pues esta especie constituye uno de los principales atractivos naturales del norte y centro de Chile.
“Perder al pingüino de Humboldt sería perder una especie icónica, carismática y culturalmente relevante. Su protección muchas veces también favorece a otras especies del ecosistema”, enfatiza Simeone.
Aunque la nueva clasificación aplica solo para Chile, especialistas proyectan que en futuras actualizaciones de la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), esta condición podría extenderse a nivel global.
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