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Investigación

Koalas hembras suelen elegir una pareja distinta cada año y los machos prefieren dormir al ser rechazados

Aunque su imagen es sinónimo de ternura, estos animales tienen un complejo sistema de cortejo que incluye llamadas profundas a través de sonidos, marcaje de territorio y encuentros intensos durante la temporada de apareamiento.

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  • Diario Usach

  • Miércoles 24 de septiembre de 2025 - 16:59

  • Shutterstock

Aunque su imagen es sinónimo de ternura, los koalas tienen un complejo sistema de cortejo que incluye llamadas profundas a través de sonidos, marcaje de territorio y encuentros intensos durante la temporada de apareamiento. Detrás de esos ojitos soñolientos, hay toda una vida social tan intensa como inesperada.

Cuando se habla de koalas, la mayoría de las personas piensa en un animal tranquilo, abrazado a un árbol y durmiendo gran parte del día. No están del todo equivocados, pues estos marsupiales pueden dormir hasta 20 horas diarias para conservar energía. Sin embargo, durante la temporada de apareamiento su rutina cambia por completo.

Con la llegada de septiembre, los machos emiten bramidos profundos y resonantes que se escuchan a varios kilómetros de distancia. Durante mucho tiempo, los científicos creyeron que el macho dominante podía aparearse con todas las hembras que respondieran a su llamado, pero investigaciones han revelado que el proceso no es tan simple.

Las hembras, lejos de ser pasivas, tienen la última palabra. Pueden rechazar al macho que no les interesa y lo hacen de manera muy clara. Gritan, lo muerden, lo arañan o trepan a otro árbol para evitar el encuentro. Además, suelen elegir una pareja distinta cada año.

El comportamiento de los machos también sorprende. Si bien algunos pueden insistir y forzar el apareamiento aprovechando su mayor tamaño, otros simplemente dejan de intentarlo y se van a dormir, confirmando que el descanso sigue siendo prioridad incluso en temporada de reproducción.

Si realizan el "llamado", y ninguna hembra va a su encuentro, no buscan otra, no se enfrascan en disputas con otros machos y tampoco presentan signos visibles de frustración agresiva. Simplemente, vuelven a su rutina habitual.

En este contexto, gastar energía en rituales de cortejo infructuosos puede representar un riesgo para su salud. Si el esfuerzo no se traduce en una conexión exitosa, simplemente detienen el intento y duermen para recuperar energía. Es una estrategia eficiente que prioriza la supervivencia por encima de la insistencia.

EL EQUILIBRIO EMOCIONAL DE LOS KOALAS 

Aunque muchos medios populares lo relatan con un tono emocional o romántico, la realidad es que esta respuesta al rechazo no implica tristeza en términos humanos. Simplemente refleja un mecanismo evolutivo que los ha mantenido vivos en un entorno exigente.

Los expertos coinciden en que este tipo de comportamiento revela una notable estabilidad emocional. En lugar de reaccionar con estrés o ansiedad, los koalas responden al rechazo de forma serena, regresando a su árbol y reanudando su descanso.

Este modelo adaptativo ha sido clave en su evolución. Les ha permitido evitar conflictos innecesarios y maximizar su eficiencia energética en un ecosistema con recursos limitados, pues debemos recordar que estas siestas, de entre 18 y 22 horas al día, son una respuesta ante bajo valor nutricional y difícil digestión.

Estos hallazgos muestran que la vida de los koalas es mucho más compleja de lo que su apariencia sugiere. Su sistema de apareamiento revela dinámicas sociales, competencia y elección activa por parte de las hembras, un tema que sigue fascinando a los investigadores y que ayuda a entender mejor cómo preservar a esta especie en peligro.

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