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Investigación

La peligrosa razón de por qué los atardeceres chilenos son tan deslumbrantes

Raúl Cordero, climatólogo, académico del Departamento de Física de la Usach e integrante del Grupo de Investigación Antártica, reveló que la contaminación tiene un papel clave en los cielos rojizos, violetas o anaranjados.

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  • Belén Muñoz B.

  • Miércoles 18 de junio de 2025 - 15:25

  • Twitter: Turismo en Chile

El atardecer en Chile es mágico. Su particular color ha sido alabado por extranjeros y nacionales que quedan anonadados por los tonos rojizos, rosas, anaranjados o violetas que cubren los cielos nacionales.

“El cielo está rosa de mil demonios (…) El cielo me parece falso”, indicaba hace poco tiempo en su cuenta de TikTok el usuario estadounidense @_adventureg, que estuvo de visita en la capital.

En tanto, el creador de contenido mexicano Patricio Ramírez subió a su canal de TikTok un video donde se mostraba asombrado por la intensidad de colores en el cielo en el norte del país. “Qué es esto, no mames”, acotó.

Incluso para los Juegos Panamericanos Santiago 2023 los atletas posteaban y hacían viral este fenómeno natural con reacciones que la calificaban de otro mundo. “Es una cosa de locos”, “Es un regalo de Dios”, “De otro planeta”, era lo que se repetía entre los asistentes y turistas que fueron parte del evento deportivo.

Pero los extranjeros no son los únicos que quedan asombrados por el crepúsculo. Los chilenos y chilenas también llenan sus redes sociales, en X, TikTok o Instagram, con imágenes impactantes del atardecer que mezcla nubes con intensas tonalidades de diversos colores.

Pero antes de profundizar sobre el por qué ocurre este fenómeno, es bueno saber que esta situación natural se forma cuando el sol se pone por debajo del horizonte, haciendo que su luz atraviese una mayor cantidad de atmósfera. Esto provoca que la luz azul, que se dispersa más fácilmente, se aleje, mientras que los colores rojos y anaranjados, que se dispersan menos, predominan, tiñendo el cielo.

¿POR QUÉ TIENE ESOS COLORES EN CHILE?

Pero si usted es una persona que ama estas tonalidades, es bueno que sepa que el origen de este mágico momento es, por desgracia, una señal negativa.

Según reveló Raúl Cordero, climatólogo, académico del Departamento de Física de la Usach e integrante del Grupo de Investigación Antártica, la contaminación tiene un papel clave en los cielos rojizos, violetas o anaranjados.

“La contaminación afecta la forma en que percibimos los colores del atardecer. Esas partículas (como aerosoles, hollín, polvo, smog) dispersan la luz intensificando los colores cálidos (rojizos, naranjas)”, indicó.

El profesional comentó que “la principal fuente de contaminación en grandes ciudades como Santiago son los vehículos, también conocidos como fuentes móviles, mientras que en el sur de Chile la fuente de contaminación más abundante es el uso de leña para calefacción”.

El climatólogo profundizó sobre la variedad de colores y por qué en ocasiones son rosados, rojos o más opacos. “En días con contaminación baja, los atardeceres tienden a ser más nítidos y contrastados, con colores más puros: rojos, naranjas intensos. En días con contaminación moderada, las tonalidades pueden volverse más saturados o incluso tener tonos rosados o púrpura. Si la contaminación es muy alta, los colores pueden volverse opacos, marrones o grisáceos, y el sol puede parecer una mancha difusa”, enfatizó.

PROBLEMAS PARA LA SALUD

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire está fuertemente asociada con casos de enfermedades vasculares, accidentes cerebrovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y una serie de otras alergias y enfermedades del sistema respiratorio.

Es por esta razón que, a pesar de darle al sol un color más bonito al final del día, la contaminación del aire representa un peligro para la salud humana

¿Y qué pasa con los amaneceres? El académico de la Usach destacó que los tonos, igual de bellos, que se logran en la madrugada son mucho menos contaminados. “Los atardeceres tienden a mostrar más efecto de contaminación que los amaneceres. Pero los amaneceres suelen ser más limpios porque durante la noche hay menos actividad humana, es decir, menos autos. El aire además está más estático y frío, y las partículas tienden a depositarse”, contó.

 

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