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“Plan Alto al Fuego”: La experiencia mexicana que el gobierno quiere aplica en Chile ante aumento de la violencia

Subsecretario de Prevención del Delito viajó a México para conocer en terreno cómo funciona el sistema que logró bajar en 58% los homicidios en uno de los barrios más peligrosos del país.

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  • Agencias

  • Martes 25 de octubre de 2022 - 10:07

El Barrio Plateros, México, ocupaba espacio permanente en los noticieros por sus altas cifras de homicidios. El drama que aquejaba a sus habitantes articuló a una serie de fuerzas públicas y privadas, entre ellas la Subsecretaría de Prevención del Delito y Participación Ciudadana de Ciudad de México y la Universidad de Yale, que adaptaron y aplicaron una estrategia de intervención que logró bajar los homicidios en un 30% en esta localidad, y en casi un 58% en apenas dos años en Ciudad de México. Esa exitosa experiencia, llamada “Plan Alto al Fuego”, es la que se encuentra visitando en estos días en México el subsecretario de Prevención del Delito de nuestro país, Eduardo Vergara.

El origen del Plan “Alto al Fuego” está en Boston -ciudad de EE.UU. que en los años 90 fue escenario de enfrentamientos entre bandas rivales-, e hizo bajar el promedio de homicidios diarios en Ciudad de México de 4,3 en enero de 2019 a 1,8 en abril de 2022. El programa se basa en la premisa de que la violencia es generada por un número acotado de personas que pertenecen a colectivos determinados, y por la interacción entre estos, por lo que se debe enfrentar de forma focalizada.

En México, el subsecretario Vergara se reunió con el Subsecretario de Prevención del Delito y Participación Ciudadana de ese país, Pablo Vázquez, quien le presentó el programa aplicado en el Barrio Plateros. En la oportunidad, Vergara recorrió el barrio para conocer cómo se aplica este plan que busca sacar a jóvenes de la delincuencia y cortar la cadena de homicidios.

El objetivo es obtener lecciones de esta experiencia para aplicarla en Chile y robustecer el trabajo que lleva adelante la Subsecretaría para frenar y bajar los homicidios, lesiones por arma blanca o de fuego, prevenir la participación de jóvenes en actividades delictivas, reducir la reincidencia y construir confianza entre el ciudadano y las instituciones encargadas de proveer seguridad e impartir justicia.

“Llegamos hasta la ciudad de México para sentarnos a trabajar con instituciones municipales, estatales y gubernamentales como también organizaciones que han mostrado resultados importantes en la reducción de la violencia, los delitos, pero particularmente los homicidios. Estamos trabajando junto al programa Alto al Fuego que ha permitido una reducción importante en la Ciudad de México de los homicidios, con un fuerte trabajo policial, pero también con un componente preventivo, que entra a las comunidades y fortalece la capacidad estatal que ahí está presente.”, explicó Vergara.

 

A su vez, el Subsecretario agregó que “seguimos trabajando, mirando lo que funciona como también reconociendo y analizando lo que no funciona, porque para nuestras políticas de prevención y particularmente sobre delitos tan complejos que existen a lo largo y ancho de nuestra región latinoamericana tenemos que poner a disposición las mejores prácticas, pero también la capacidad de implementarlas en base a las realidades nacionales”.

Para la consecución de los objetivos de este programa se consideraron dos componentes: el primero, análisis de las dinámicas de violencia a nivel comunitario y diseño y coordinación interinstitucional para la ejecución de medidas disuasivas dirigidas a prevenir la reincidencia de conductas violentas de grupos e individuos específicos; asimismo, colaboración con instituciones para desarrollar y aplicar acciones de comunicación preventiva y disuasiva orientadas a evitar la incidencia en conductas violentas.

“Alto al Fuego” -replicado en otras zonas de EE.UU.- fue adaptado a la realidad mexicana por la Universidad de Yale, mediante la realización de sesiones de co-diseño con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México; con el apoyo y seguimiento de Innovations for Poverty Action (IPA), organización con amplia experiencia en la evaluación de impacto. Se contó también con la asesoría del California Partnership for Safe Communities (CPSC), organización que compartió su amplia experiencia en la reducción de homicidios en ciudades como Oakland y Stockton.

 

 

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